Reuters – En medio del estancamiento económico, el mes pasado el promedio anualizado del consumo de carne de los argentinos fue de “apenas” 49 kilos per cápita, según Ciccra, que dijo que la merma frente al mes previo fue casi del 17 por ciento.
La caída del consumo es un severo golpe para la industria cárnica porque el mercado doméstico representa cerca del 86 por ciento de las ventas de los frigoríficos locales.
Si bien la producción de carne ha mostrado un alza en 2018 y alcanzaría los 3 millones de toneladas -levemente por encima de los 2,8 millones de 2017, según datos de la industria-, en septiembre cayó un 12,5 por ciento respecto del mes anterior.
La fuerte alza de las exportaciones a China y a Rusia solo ha servido hasta ahora para menguar las pérdidas domésticas.
“El aumento de las exportaciones termina favoreciendo solo a una parte de la industria. Vienen trabajando a pérdida muchos frigoríficos para consumo (interno), aunque todavía no se han generado cierres”, señaló a Reuters el director de Ciccra, Miguel Schiariti.
Aunque la demanda de China y Rusia impulsó las exportaciones argentinas, su efecto sobre el mercado local tiene claroscuros: los animales más demandados por esos países son hembras, que son clave para aumentar un rodeo que desde hace años se mantiene estable en poco más de 50 millones de cabezas. Y si el rodeo no aumenta, los precios difícilmente bajen.
Según Schiariti, la “preocupante” perspectiva de ventas futuras podría llevar a muchos productores a deshacerse de sus vacas y reducir su rodeo.
“No veo una caída del stock, sí un amesetamiento. La recesión pega de lleno en el mercado de la carne”, afirmó el productor ganadero Ulises Forte, también directivo del IPCVA.