BUENOS AIRES (NA) — El dólar, la única variable de la economía que el Gobierno había logrado controlar durante las últimas semanas, comenzó a mostrar movimientos que preocuparon en la Casa Rosada ante la posibilidad de que presione aún más sobre la inflación y genere incertidumbre en la city porteña.
El billete verde despertó tras el período de paz cambiaria y, si bien se mantuvo dentro de la zona de no intervención, expuso bruscos incrementos de un día para el otro que encendieron las luces de alerta en el Gabinete.
Hasta el momento, el Banco Central había logrado controlar la cotización del dólar mediante las elevadas tasas de interés para hacer más atractivas las posiciones en pesos.
Sin embargo, al comenzar a aplicar recortes en los rendimientos, recibió una rápida respuesta por parte del mercado con un incremento en la demanda de divisas, lo cual recalentó el circuito financiero.
En ese escenario, el organismo que conduce Guido Sandleris tuvo que dar marcha atrás en su intento de revertir el alto nivel de tasas que congela a la economía a cambio de contener la escalada de la moneda norteamericana.
Es que el Banco Central pretendía realizar una reducción en los retornos con el fin de que ello colaborara con la reactivación económica, pero los inversores enviaron de manera casi inmediata señales que fueron interpretadas con preocupación por la administración de Mauricio Macri.
Si bien el proceder del Banco Central pudo limitar el aumento del dólar, finalizó la semana con un avance de 69 centavos y con un valor por encima de los $40.
La alarma en la gestión de Cambiemos se prendió particularmente cuando el tipo de cambio llegó a superar los 41 pesos a mitad de semana.
Fue en ese entonces cuando el Banco Central comenzó a ajustar al alza la tasa de Leliq, utilizada como referencia, y cambió su estrategia al intervenir en el mercado de futuros.
De ese modo, el mercado le volvió a marcar la cancha al Gobierno, que además está preocupado por un Riesgo País que no cede.
El temor a que un salto inesperado en el dólar se traslade a las expectativas de inflación y aparezca nuevamente el nerviosismo en la city se impuso así a la necesidad de una reactivación en la economía y al intento de lograr que alguna de sus variables deje de mostrar resultados tan negativos.
Es que el Gobierno entiende que la cotización del billete verde es un parámetro utilizado por la sociedad argentina para medir la confianza y, de cara a las elecciones, la tranquilidad financiera es un elemento fundamental, especialmente luego de un período en el que la divisa parecía haber encontrado un equilibrio.
El presidente Mauricio Macri pretende llegar a octubre con signos de recuperación en la economía, pero las altas tasas de interés juegan en contra del crédito, el sector productivo, el consumo y, por lo tanto, el empleo.
De ese modo, deberá encontrar el método para conseguir alguna cifra favorable en las estadísticas y, a su vez, mantener controlado el dólar, una pulseada que hasta el momento va ganando el mercado.