LONDRES (AFP-NA) — ¿Un trofeo o la destitución? El entrenador Maurizio Sarri, bajo una fuerte presión, necesita que el Chelsea conquiste el domingo (16.30 GMT) la Copa de la Liga inglesa, en la final contra el Manchester City, que jugará este partido sin tantas urgencias.
El City es líder de la Premier League y sigue en la carrera en la Liga de Campeones y en la Copa de Inglaterra, por lo que su situación es muy diferente a la de Maurizio Sarri, llegado al principio de curso a Stamford Bridge y que se ha visto pronto descolgado de la pelea por la Premier League.
La prensa recoge además el posible divorcio entre Sarri y su vestuario por el estilo de juego del extécnico del Nápoles, el famoso “Sarri-ball”.
En el campeonato inglés, los Blues han encadenado humillaciones, con derrotas sobre todo ante el Arsenal (2-0), el Bournemouth (4-0) y especialmente el Manchester City (6-0), esa última hace apenas dos semanas.
La deriva ha llevado al Chelsea al sexto puesto liguero, fuera de los puestos de Champions, y la situación empieza a ser alarmante.
Eden Hazard y sus compañeros fueron eliminados el lunes en la Copa de Inglaterra por el Manchester United, que les superó 2-0 en Londres.
Los aficionados no ocultaron su descontento. La Europa League, donde el Chelsea superó los dieciseisavos de final con un global de 5-1 sobre el Malmö sueco, dio un respiro el jueves.
“Disputamos la primera final de la temporada. Estamos a un punto del cuarto puesto, igualados a puntos con el Arsenal (quinto clasificado)”, puntualizó Sarri a modo de defensa.
“Incluso lo hacemos un poco mejor (que el Arsenal) porque estamos en esta final. Y pese a ello, nuestra temporada es un desastre. No lo entiendo”, insiste el italiano. “Quiero que recuerden que la pasada temporada este equipo logró 70 puntos, no 100. En verano (boreal) lo cambiamos todo, así que hay problemas por resolver. No es fácil”, afirmó.
Si la situación no era lo suficientemente tensa, la FIFA añadió todavía más problemas el viernes al dictar una prohibición de fichar jugadores por un año, debido a irregularidades en los traspasos de 29 jugadores menores de edad.
¿Podrá Sarri resistir toda esta tormenta? Roman Abramovich no tiene precisamente la reputación de ser el propietario de club de fútbol con más paciencia de Europa.
En la final del domingo en Wembley, el ambiente en ambos vestuarios será muy diferente. En el Manchester City, vigente campeón de Inglaterra, todo parece ir bien.
Josep Guardiola siguen adelante en su búsqueda de acabar el curso con cuatro títulos y los Citizens comandan la clasificación de la Premier League igualados con el Liverpool.
En la Champions, el City ganó 3-2 el miércoles en Alemania al Schalke 04 y ha encarrilado su pase a cuartos de final. También está ya clasificado para los cuartos de la Copa de Inglaterra.
Pese a todo ello, Guardiola desconfía y teme una reacción de orgullo del Chelsea por la bofetada sufrida con el 6-0, tan reciente en la memoria de todos.
“En el momento estaba feliz, pero hoy hubiera preferido no ganarles por 6-0”, admite el técnico español.