BUENOS AIRES (NA) — La crítica situación financiera por la que atraviesa la fábrica de galletitas Tía Maruca puso a la empresa al borde del concurso de acreedores, que se suma a un serio conflicto salarial con sus 400 empleados.
La compañía, ubicada en la localidad de Albardón, provincia de San Juan, tiene una deuda bancaria de poco más de 133,7 millones de pesos, de los cuales el 12% está “con problemas/riesgo moderado” y el 4% “con alto riesgo de insolvencia/ riesgo alto”, según el Banco Central.
También, registró más de 500 cheques rechazados por un total de 127,8 millones de pesos.
El subsecretario de Trabajo de San Juan, Roberto Correa Esbry, comentó que “la firma está con dificultades financieras y trata de solucionar esos problemas”.
Según dijo el funcionario en declaraciones a una radio local, el problema es que Tía Maruca vende su producción y cuando reinvierte para volver a producir, los costos de la materia prima son más altos, por la inflación.
A esta situación se suma que, desde principios de este año, está en conflicto con sus empleados, a quienes paga los salarios en cuotas; incluso, todavía no abonó el medio aguinaldo.
Correa Esbry señaló que “no hay denuncia laboral todavía, pero estamos al tanto de la situación de conflicto que hay con el atraso en el pago de los sueldos”.
Tía Maruca fue fundada en 1998 y tenía una planta en Ramos mejía, provincia de Buenos Aires. Varios años después, en marzo de 2017, compró la fábrica que pertenecía a Dilexis, una empresa del grupo Pepsico, ubicada en San Juan.
Según datos de la industria, el mercado de galletitas mueve unos 45 mil millones de pesos anuales y el nivel de consumo es alto, de 12 kilos anuales por persona, por encima de la media de América Latina.