BUENOS AIRES (ED) – Los fines de año electorales siguen siendo la gran cuenta pendiente de los argentinos. Así como los niños pequeños esperan la llegada de Papa Noel, no hemos acostumbrado a las crisis de fin de año y siempre con algún regalo.
Es que todavía quedan en la memoria nefastos episodios de nuestra economía que ocurrieron en diciembre. Hoy Argentina no es ese país, aunque algunos intenten sacar rédito de este clima. Todavía se sigue pensando en los votos y se sigue olvidando a la gente.
Ayer el presidente Mauricio Macri anunció un paquete de medidas que tienen por objetivo “llevar alivio al bolsillo de los argentinos”. Entre los principales anuncios se congelará por 90 días el precio de la nafta y los combustibles. Algo que deberá ser acordado con las petroleras, una discusión no menor.
Las medidas parecieron apuntar a la clase media, aquella que para algunos fue la gran jueza de la derrota en las PASO. Ahora habrá que evaluar si este paquete ampliado de propuestas, que ya habían sido pedidas varios meses antes por el radicalismo, tendrán un efecto positivo más allá del bolsillo.
Macri cambió el tono a su discurso del lunes, y anunció que las medidas “benefician a 17 millones de trabajadores y sus familias y a todas las pequeñas y medianas empresas, que están pasando por un momento difícil y de mucha incertidumbre”.
El gobierno se juega la gran posibilidad de ser el primero no peronista en terminar su mandato, un desafío que tendrá su prueba de fuego antes del verano.