BUENOS AIRES (NA) — Los vencimientos de deuda que deberá afrontar la Argentina en los próximos seis meses suman unos $900.000 millones -US$ 15.000 millones al valor actual del dólar-, lo cual refleja la necesidad de refinanciar obligaciones por parte del futuro Gobierno de Alberto Fernández.
Economistas del Frente de Todos aceptan que “el problema es de liquidez, no de solvencia”, al menos en la primera etapa.
El objetivo, según pudo confirmar la agencia NA de fuentes cercanas a quien ejercerá como Presidente a partir del 10 de diciembre, será obtener una refinanciación lo más holgada posible, sin quita de capital, porque consideran que así habrá más chances de que los mercados le den finalmente su respaldo al próximo Gobierno, a pesar del escozor que Cristina Kirchner provoca entre los financistas.
La intención del Poder Ejecutivo que viene es mantener la calma en la cotización de la divisa, a través de la continuidad del cepo cambiario.
Eso contribuirá a mejorar el poder adquisitivo de la población, ya que aminorará el ritmo de la inflación, estiman en el Frente de Todos.
El Gobierno deberá encarar una renegociación de deuda con fondos de inversión y el FMI, lo cual es una ventaja, creen cerca de Alberto Fernández, porque “entienden la delicada situación de la Argentina y también a ellos les conviene un acuerdo rápido”.
Además, el Gobierno de Mauricio Macri tomó la precaución de incluir en los bonos la cláusula que cualquier litigio se debe dirimir bajo legislación local, lo cual no ocurrió con los títulos defaulteados en 2001.
Otra ventaja es que es alta la deuda en manos del Gobierno, de la Anses y el Banco Central, con lo cual será más sencillo el proceso de refinanciarla.
El punto débil es que, según los cálculos de la futura administración, las reservas de libre disponibilidad en el Banco Central rondarán los US$ 10.000 millones al asumir, un nivel bajo.
Igual, es muy superior al que dejó Cristina Kirchner en 2015: según Cambiemos, se encontraron con reservas disponibles por apenas US$ 500 millones.