NEUQUÉN (ED) — Crece la incertidumbre del sector petrolero mientras se esperan definiciones en materia económica a pocos días del cambio de gobierno. El gremio salió a reclamar por 1500 suspensiones y 600 despidos.
El Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa levantó a las 8 el paro anunciado ayer y acató así la conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Producción y Trabajo de la Nación.
En declaraciones a LU5, esta mañana, el titular del gremio, Guillermo Pereyra informó el levantamiento de las medidas de fuerza pero exigió a las empresas que reincorporen a los obreros a los puestos de trabajo o volverán las protestas.
Los Petroleros habían solicitado que “se convoque de manera urgente a la Mesa de Vaca Muerta (comisión Especial de Interpretación y Resolución de Conflictos), prevista en el artículo 33 del Convenio Colectivo de Trabajo”, y también “al gobernador de Neuquén”, Omar Gutiérrez, “para poner en marcha el mecanismo de resolución de conflictos previsto por ley”.
“Bajo argumentos ridículos y espúreos, más vinculados a la política nacional y sus medidas erráticas que al desempeño del trabajador, las cámaras empresarias del sector hidrocarburífero pretenden que los más débiles paguen lo que deberían resolver en otro ámbito”, sostuvo ayer en un comunicado el gremio que comanda Guillermo Pereyra al fundamentar la medida que se iba a extender hasta hoy al mediodía.
Y agregó: “Los trabajadores siempre buscaron garantizar la paz social. Así lo hicieron desde la firma de la adenda al Convenio Colectivo de Trabajo en 2017, siempre se priorizaron las fuentes de trabajo y la producción”.