BUENOS AIRES (NA) — Más de 5 mil camellos salvajes ya fueron sacrificados en Australia para evitar que consumieran las pocas reservas de agua que poseen las comunidades indígenas del sur del país oceánico.
Los líderes aborígenes del estado de Australia del Sur habían advertido que rebaños extremadamente grandes de estos animales habían sido conducidos hacia las comunidades rurales por la sequía y el calor extremo: ese movimiento ponía en riesgo la escasa provisión de alimentos y agua potable.
La matanza de camellos se da en medio de una ola de calor, sequía e incendios forestales que afectaron a gran parte de la principal isla de Oceanía.
El sacrificio de los animales fue realizado por francotiradores a bordo de helicópteros, quienes mataron a más de 5 mil camellos de manadas salvajes.
“Apreciamos las preocupaciones de los activistas por los derechos de los animales, pero existe una importante información errónea sobre las realidades de la vida de los animales salvajes no nativos, en lo que se encuentra entre los lugares más áridos y remotos de la Tierra”, señaló el gerente general del gobierno local indígena de Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), Richard King.
Y agregó: “Como custodios de la tierra, tenemos que lidiar con una plaga introducida de una manera que proteja los valiosos suministros de agua para las comunidades y priorice la vida de todos, incluidos nuestros niños pequeños, los ancianos y la flora y fauna nativa”.
Los camellos, animales típicos de los desiertos de Asia y África, fueron introducidos en Australia en la década de 1840 con el objetivo de que sirvieran para explorar el extenso territorio oceánico: en las décadas siguientes se llevaron hasta 20 mil de estos mamíferos desde la India.
Se estima que hay más de un millón de camellos en los desiertos de Australia, lo que lo convierte en la mayor población de esos animales en el mundo.