NEUQUÉN (ED) — Comenzó el primer domingo con prohibición de circulación en la provincia, luego las medidas tomadas por el gobernador Omar Gutiérrez el último viernes. En una ciudad fantasma, sólo son exceptuados policías, cuerpo médico y personas de las petroleras para cubrir el abastecimiento.
Los comercios permanecen cerrados durante la mañana y no abrirán sus puertas hasta el lunes, dado que se instaló un nuevo horario obligatorio para los comercios, limitado de lunes a sábado de 9 a 19. Además, de lunes a sábado, dispusieron de una restricción de circulación diurna entre las 8 y las 20.
Hoy sólo abrieron centros de salud y farmacias, para casos extremos. Los locales comerciales cerrados podrán aprovechar la jornada para desinfección y reposición de mercaderías, únicamente. El silencio se apoderó de las calles del centro y los barrios en la capital neuquina.
Quienes paseen inadvertidamente y quienes no puedan justificar su excepción de circulación serán demorados por las fuerzas policiales y puestos a disposición de la Justicia.
Asimismo, el Jefe de Gabinete, Sebastián González afirmó que tampoco podrán acceder a las medidas económicas y sociales anunciadas por el gobierno provincial y explicó que “no tendrán derecho a percibir estos beneficios porque están cometiendo un delito que es la violación del artículo 205 del código penal”.
La medida busca minimizar rigurosamente la circulación, ponderar el aislamiento social obligatorio y, por ende, reducir las instancias de posible contagio de coronavirus. Sin embargo, ayer se pudo observar un efecto colateral, dado que, presionados por la prohibición, cientos de vecinos y vecinas acudieron apresuradamente a hipermercados y bancos, formando largas filas que encienden la preocupación de las autoridades.
