El proceso de transformación social que generó la Ley de Matrimonio Igualitario continúa, en Argentina, en Latinoamérica y en el mundo. En estas fechas recuerdo como la compañera María Rachid instalo el debate cuando muchos no creíamos que era posible matrimonio. Sin dudas las compañeras lesbianas fueron las que impulsaron la lucha, pero se seguía pensando lo “gay” como lo universal.
Estas situaciones demuestran que el patriarcado siempre estuvo presente, incluso en el activismo de la diversidad sexual.
La estrategia que desarrolló la FALGBT fue perfecta. Primero con los amparos en la justicia respecto de los pedidos de matrimonio. Después, con la presentación del proyecto de ley en el Congreso Nacional, se armó una mesa de partidos políticos al interior de la FALGBT.
Ahí estaban los compañeros de todas las fuerzas políticas para poder consensuar una estrategia y saber que nuestra lucha no era de un solo color político y que necesitábamos de cada voto para sancionar la ley. También se convocó a personas de la cultura, los medios de comunicación, la ciencia y las religiones… Sí, las religiones. Teníamos varios que estaban a favor y que sin dudas fueron apartados. Ese fue el caso del Cura Alessio Nicolás, que le hicieron juicio canónico por apoyar el matrimonio igualitario, pero esa misma iglesia aún mantiene en sus filas a Grassi que está preso y condenado por abuso de niños y adolescentes.
El camino hasta alcanzar el Matrimonio Igualitario se basó en generar consensos amplios en todos los sectores de la sociedad.
Cuando lo hablamos con el gobierno, por ese entonces con Aníbal Fernández, que era Ministro, nos dijo que logremos el consenso porque ellxs ya estaban convencidos. Me emociona saber que la única ley que votó Néstor como diputado es la de matrimonio igualitario, dejando su nombre escrito en un hecho histórico no solo para la diversidad sino también para la historia de nuestro país.
Es importante destacar el trabajo de las organizaciones de la diversidad, las discusiones que tuvimos los activistas y militantes en relación a los puntos que incluimos en el Plan Nacional contra la Discriminación, convocados por el compañero Néstor Kirchner. Allí nos pidió que expresaramos todo lo que queríamos y lo que nos hacía falta, y ni siquiera allí las organizaciones pudimos soñar alcanzar semejante avance en materia de derechos, reconocimiento y visibilidad unos años después.
Recuerdo muchas cosas: la militancia de la ley, las exposiciones en el anexo de diputados, las entrevistas en los medios de comunicación, las discusiones en la tv entre quienes queríamos avanzar en la construcción de una Argentina para todos y quienes querían continuar en un país de exclusión y sin derechos. Los músicos, los artistas, las personas de la política que se involucraron en la campaña por la aprobación de la ley, los spots que circulaban en la radio y en la tv, los discursos religiosos que anunciaban un final en el infierno si dos personas del mismo género gozaban de los mismos derechos que una pareja heterosexual.
No me olvido del frío que hizo en ese 15 de julio de 2010 en la Plaza del Congreso, mientras esperamos esa votación a la madrugada, y las llamadas que recibíamos de todas las provincias del país que también realizaron la vigilia esperando el resultado positivo. Las familias que se acercaban a saludar y esperar frente al escenario donde escuchábamos cada uno de los discursos, con abucheos, aplausos, abrazos y algún que otro llanto. Finalmente se aprobó el Matrimonio Igualitario en Argentina.
Cristina Fernández de Kirchner tuvo la voluntad política y la visión de la importancia de una ley con estas características, que buscaba ampliar derechos y no quitarle nada a nadie. Nunca me voy a olvidar del día que la Casa Rosada se llenó de los colores del orgullo cuando nos invitaron a las organizaciones que tanto trabajamos para que la presidenta anunciara la sanción. Allí estuvimos con la FALGBT, con nuestros referentes, María Rachid, Claudia Pía Baudracco -embajadora de la Ley de Identidad de Género- y Esteban Paulón y los demás organizaciones que pusieron el cuerpo para construir una sociedad más igualitaria para todos.
“Yo al otro día de una sanción tan importante de una ley me había levantado exactamente con los mismos derechos que había tenido, antes de la sanción” nos dijo Cristina en su discurso “cosa rara porque cada vez que se aprueban cosas importantes alguno queda siempre tambaleando o con algo menos, por lo menos es la historia de esta Argentina y del mundo. Y sin embargo, yo estaba con los mismos derechos y había cientos de miles que habían conquistado los mismos derechos que yo tenía. Nadie me había sacado nada y yo no le había sacado nada a nadie; al contrario le habíamos dado a otros cosas que les faltaban y que nosotros teníamos”. Esta es la visión de la política que tenemos quienes militamos por el matrimonio igualitario, como por todo lo que falta, vamos a ampliar derechos.
Es por todo esto que seguimos, porque nos queda mucho camino por recorrer como país, como sociedad, en la región y en el mundo. La discriminación no se ha terminado por la sanción de esta ley que transformó vidas, seguimos recibiendo denuncias por discriminación debido a la sexualidad de las personas, existen los crímenes de odio en nuestro país. Las personas de la diversidad seguimos luchando por la sanción de una Nueva Ley Antidiscriminatoria que incluya a todos los grupos vulnerados por la discriminación, seguiremos teniendo en nuestras banderas las palabras de Néstor y de Cristina para alcanzar los derechos que merecemos todxs. Para alcanzar la igualdad.