El historiador y político italiano Nicolás Maquiavelo, allá por comienzos del siglo XVI, escribió su conocida frase: “El fin justifica los medios”. Hay quienes entienden la legalización del aborto como un tema de agenda política. Otros, como una necesidad prioritaria en la lucha de derechos de género. Quizás algunos lo consideran un instrumento para conseguir adeptos al pensamiento político o simplemente para fortalecer la base electoral.
Llevar a adelante nuestros objetivos y deseos, siempre se relaciona con el orden de prioridades que le damos a cada uno de ellos al momento de tomar las decisiones. Definitivamente hay un orden interno que nos va a llevar a determinar la elección del curso de acción para todo lo que queremos alcanzar, y que definiremos luego de analizar las alternativas y las distintas probabilidades de acuerdo a las circunstancias de tiempo y lugar. Es aquí cuando los intereses y deseos se entremezclan con nuestra escala de valores personales.
El sistema de salud está colapsado en muchas ciudades del país, física y económicamente. Discutir el aborto en este contexto sería “maquiavélico”.
Sin duda en Argentina y en América Latina la legalización del aborto se ha transformado en una bandera ideológica. El lugar que toma en el orden de prioridades respecto de otros temas de decisión, estará conectado con otros objetivos que quizás se quieren también alcanzar. Desde una conquista que doblegue a cierto sector de la sociedad hasta tal vez distraer a la opinión pública en un momento de crisis social, económica y sanitaria.
Frente a una pandemia que nos llevó a superar el millón de infectados con cerca de 30.000 fallecidos, con hospitales y personal sanitario al borde de su capacidad, uno puede pensar: ¿qué es lo que motiva a un legislador o gobernante a llevar al debate público un tema que divide en la opinión a todo el pueblo argentino en medio de una catástrofe sanitaria y económica?
¿Cuáles son los argumentos que podría esgrimir para justificarlo? No sería política sanitaria. Alterar todo el sistema jurídico argentino que en su bloque constitucional defiende la vida desde el momento de la concepción, en un momento de crisis de esta magnitud es algo inaceptable desde el punto de vista racional y ético. Utilizar de manera instrumental la legalización del aborto para otros fines políticos no tiene justificación. Siempre es inmoral, mucho más ahora.
Exponer a miles de ciudadanos “verdes” o “celestes” a que se contagien por salir a expresarse, o exigir que elijan entre contagiarse o quedarse callados mientras se vulnera el derecho a la vida de las personas por nacer simplemente no está bien.
El sistema de salud está colapsado en muchas ciudades del país, física y económicamente. Discutir el aborto en este contexto sería “maquiavélico”.
Si fue tratado hace apenas dos años y fue rechazada la legalización en el Honorable Congreso de la Nación, ¿cuál sería el apuro? Algunos argumentan que como el año que viene hay elecciones y este tema genera divisiones, no es conveniente políticamente tratarlo. ¿En serio alguien puede creer que es mejor exponer a la gente y al sistema de salud que tratarlo en un año electoral? Si fuera así, el argumento mismo demostraría a las claras un profundo desinterés por la vida y la salud.
Ante el momento crítico que estamos viviendo, debemos unirnos como pueblo más allá de nuestras diferencias, debemos pelear juntos está gran batalla que estamos enfrentando. Este debería ser el fin por encima de otros intereses. En estos tiempos necesitamos una Argentina Unida de verdad, no solamente como un lema sino como una realidad. Sigamos como ciudadanos sosteniendo aquella frase que utilizamos cuando comenzó esta emergencia: “Al Coronavirus le ganamos entre todos”. Dios tenga misericordia y bendiga nuestra nación.