Nadia Márquez – Abogada y concejal de Democracia Cristiana nadiajudithmarquez@gmail.com
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“El dilema es amplio: ¿querrán los docentes volver al aula?, ¿qué posición tomará el sindicato?, ¿qué determinación abordará el Gobierno?, ¿querrán los padres enviar a sus hijos al colegio?, ¿qué pasará con el transporte público para aquellas familias que lo requieran?, ¿estarán los establecimientos en condiciones para comenzar las clases?, ¿habrán protocolos suficientes e idóneos?
Y el listado puede seguir seguramente… lo que nos tenemos que responder sin lugar a dudas es: ¿Puede la Argentina transitar un año más sin clases?
Por supuesto muchos podrán responder que clases han habido, pero no presencialidad, a lo que se repregunta:
¿Realmente hemos llegado con educación a todos los niños de Argentina?, ¿han sido suficiente las teleclases y las tareas en las casas? ¿pueden los padres realizar todos el acompañamiento que los niños necesitan? ¿tienen todos los hogares acceso a internet y tantos dispositivos como educandos en la familia?
Y las repreguntas podrían continuar también. Pero a todas ellas, la respuesta es un rotundo no.
Si están abiertos los casinos, los comercios, los centros de salud, los gimnasios, los peloteros, permitidos los viajes de egresados, vacacionar y hasta tiempos al aire libre, ¿Cuál sería el motivo para no tener clases presenciales?
Evidentemente Argentina precisa retomar una actividad que no califica como esencial, pero sí constitucional, y es garantizar la educación en todos los rincones de Argentina.
Si este virus continuará todo el 2021, no podemos permitir que nos robe un año más de capacitación a esta generación.
Con protocolos, quizá como un sistema mixto, habrá que re evaluar horarios o modalidades, pero lo que es seguro es que Argentina se pone de pie trabajando y educando, dos verbos que el gobierno de Fernandez ha dejado vacíos de contenido”.