BUENOS AIRES (NA) — Después de 28 años de frustraciones y sequías, la Selección logró esta noche un título a nivel mayor con una soberbia victoria 1-0 sobre Brasil en el mítico estadio “Maracaná”, para quedarse con la decimoquinta Copa América de su historia y alcanzar a Uruguay como los máximos ganadores.
A los 21 minutos del primer tiempo, Rodrigo De Paul metió un pase largo bárbaro para “Fideo”, que ante la duda de la defensa y la salida a medias del arquero Ederson, definió de emboquillada emulando ese gesto de la final de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando la Albiceleste ganó su segunda medalla dorada consecutiva.
Con la ventaja, Argentina controló el terreno de juego con un buen tándem Paredes-De Paul en el medio, teniendo “cortos” a los receptores del ataque brasileño dentro, y también fuera con Montiel y Acuña.
Sin una referencia de ataque, porque Neymar está como falso centrodelantero-, tanto “Cuti” Romero como Otamendi están cómodos en defensa y el arquero “Dibu” Martínez casi no fue exigido.
En el complemento, la Albiceleste también tuvo que saber sufrir, porque el entrenador brasileño Tite metió toda la carne al asador para intentar el empate que llevara el partido al alargue y obligó a Scaloni a modificar también su estructura.
Fue el arquero Emiliano “Dibu” Martínez el que respondió también en el puñado de opciones con las que contó Brasil, que fue puro empuje ante la estoica defensa argentina.
Argentina, ante unos privilegiados 2.200 compatriotas que se ubicaron en las tribunas del “Maracaná”, consiguió quedarse entonces con la gloria que le negaba desde 1993, cuando se coronó de la mano de Alfio Basile.
