BUENOS AIRES (NA) — A los 90 años, murió Jorge “Cacho” Fontana, un ícono de la radio y la televisión, que hace años acarreaba varios problemas de salud y vivía en la residencia geriátrica Inter Plaza, ubicada en Palermo. La noticia fue confirmada a Noticias Argentinas por su familia, que también llora a Liliana Caldini, quien fue su mujer durante 12 años y la madre de sus hijas Lumila y Antonella.
Hijo de Antonio Palese, un empleado ferroviario, y Nieves Filgueiras, Norberto Palese -quien años más tarde saltaría al a fama como Cacho Fontana- nació el 23 de abril de 1932 en Barracas y aunque parecía que estaba destinado a seguir los pasos de su padre en el Ferrocarril Roca, la vida le tenía preparado un futuro prometedor en los medios de comunicación.
En más de una oportunidad dijo que se trató de un golpe de suerte, cuando un compañero de la empresa de transporte en la que trabajaba le propuso oficiar de presentador en el Salón La Argentina, un lugar clásico de la Ciudad de Buenos Aires, los domingos por la tarde. Y lo que parecía algo temporal, terminó convirtiéndose en el centro de su vida. Luego pasó al salón Tango-Bar, El Nacional y El Chantecler, lugares donde rápidamente logró destacarse.
Con solo 17 años, Cacho ya había pasado por los lugares más míticos presentando orquestas cuando Julio César Barton le tomó una prueba y terminó contratándolo como locutor suplente en Radio El Mundo. Desde entonces, su carrera comenzó a crecer a pasos agigantados. En 1950 reemplazó a Jaime Font Saravia en el programa El relámpago, junto a Tita Merello y Luis Sandrini y se convirtió en una de las grandes figuras de la emisora. Hasta que en 1966 pasó a Radio Rivadavia para cubrir el Mundial de Fútbol de Inglaterra junto a José María Muñoz, emblema de La oral deportiva, y Enzo Ardigó. Más tarde le seguirían su inigualable Fontana Show y Sexta edición en la emisora ubicada en Arenales al 2400, lugar que siempre consideró su “segunda casa”.
En televisión se lució en Odol pregunta, estuvo al frente de dieciséis temporadas ininterrumpidas de Fontana Show, La campana de cristal, Sexta edición y Video Show, y hasta inauguró la primera transmisión en color en 1978, pero el evento que mayor peso tuvo en su carrera fue la transmisión de “24 horas por Malvinas”, un programa especial que condujo junto a Pinky para recaudar fondos para el enfrentamiento con Reino Unido.
“Fue algo que sentí la necesidad de hacerlo en el momento en el que iba con mi auto y escucho que hunden el Belgrano. Era un martes, yo no estaba haciendo nada, en ese momento no tenía radio y al día siguiente me reuní con las autoridades de Canal 7 y les propuse hacer un programa para que todo lo que recaudáramos fuera para los muchachos”, contó en una entrevista.
Y también manifestó el malestar que sintió cuando se enteró que el dinero que habían juntado había sido robado. “El dolor fue muy grande, la desilusión fue muy grande, algo que no es fácil poder transferirlo. Y siento que ese detalle de mi vida me dejó sin trabajo”, dijo sobre las consecuencias que sufrió en su carrera.
En materia del amor, Cacho protagonizó varias páginas en las “revistas del corazón”. Con su primera mujer, ajena al medio, tuvo a Estela, su primera hija en 1955. Luego estuvo doce años en pareja con la actriz Beba Bidart y otra docena de años junto a la modelo Liliana Caldini, con quien tuvo a las gemelas Antonella y Lumila. Pero también atravesó momentos tormentosos. Sobre todo en 1992, cuando la modelo Marcela Tiraboschi lo denunció por violencia luego de que protagonizaron un escandaloso episodio policial en un hotel. “Me escondí de todos por vergüenza”, confesó el presentador años más tarde.
Tampoco tuvo tapujos a la hora de hablar públicamente de su relación con las drogas. De hecho en agosto de 2019 en una entrevista en “Intrusos” confesó que Aníbal Troilo fue quien lo inició en ese mundo. “Yo tenía una audición en Mar del Plata, y pasé por donde estaba Olmedo, caído… Y ahora voy a contar algo muy particular. En aquel tiempo era muy lógico que vieras a Pichuco… con una alegría superior. Tenía un paquetito, y le pregunté qué era. Me contestó: ‘Mirá, acá tenés que aspirar, no hay que soplar”‘. Insistí: ¿Para qué es? ‘Para que veas las bujías con más potencia’. Y bueno: así empezó una etapa de mi vida…”, dijo en diálogo con Jorge Rial y aseguró que esa experiencia fue algo que nunca le perdonó al tanguero, que era su ídolo.
Ese mismo día en el que expuso el lado más oscuro de su vida, a la salida de América TV se cayó y sufrió un accidente que marcaría un deterioro en su salud. Ya hacía dos años que vivía en la clínica de rehabilitación Inter Plaza, lugar en el que convivió unos meses con su amiga Pinky, y en julio de 2020 contrajo coronavirus.
Pasó varias semanas internado por un cuadro de neumonía y alejado de su familia, ya que por protocolo no podían verlo, pero se las ingeniaba para llamar a sus hijas a escondidas de los médicos. Su estado era muy delicado, sobre todo teniendo en cuenta su edad, pero como a todo lo malo de su vida le dio pelea a la enfermedad y salió adelante. En marzo de 2021 recibió la primera dosis de AstraZeneca contra el Covid-19 y espera con ansias recibir la segunda a fines de mayo, con la esperanza de volver a trabajar en los medios.
El último año no fue fácil para el locutor que hasta se vio obligado a desmentir su propia muerte. Sin embargo, encaró cada uno de sus internaciones con optimismo, acompañado por sus hijas y por Liliana Caldini, quien explicó que a gracias a Antonella y Lumila pudieron sanar las heridas de su relación.
“La verdad es que pasaron muchísimos años desde que nos separamos, pero fuimos y somos buenos amigos. Tal vez si no hubiéramos tenido a las chicas, el contacto se habría cortado, pero al tener dos hijas juntos, siempre nos mantuvimos comunicados. Y después con los dos nietos ni te digo. Además, como Lumila vive afuera y Antonella trabaja mucho, a veces yo asumo algunos roles para estar cerca de él si necesita algo”, contó la modelo en la última entrevista que le dio a la revista Hola!
El pasado 23 de abril, Cacho festejó su cumpleaños número 90 con mucho emoción y también formó parte del festejo de aniversario de Radio Rivadavia, la emisora que fue su “segunda casa”, con el mismo entusiasmo de siempre. Hoy, el país llora la muerte de un grande, que entre luces y sombras, marcó una época.