NEUQUÉN (ED). — El tránsito hacia el nuevo sistema de colectivos en la ciudad de Neuquén, cuyo pliego se analiza en el Concejo Deliberante, es más traumático de lo que se esperaba. Es que al boleto caro y el servicio paupérrimo se les sumó el pésimo estado de mantenimiento de las unidades, que constituye un serio riesgo no sólo para los usuarios, sino también para el tránsito en general.
Estas empresas cobran todos los meses subsidios multimillonarios de Nación, Provincia y Municipio, pero ni aun así tienen las ruedas ni los frenos en condiciones. Autobuses Neuquén embolsa entre 50 y 60 millones de pesos por mes en subsidios; Pehuenche, entre 10 y 12 millones.
Este jueves hubo 35 colectivos menos en la ciudad y, según informó la Unión Tranviaria Automotor (UTA), los sacaron de circulación porque tenían problemas de calefacción y mantenimiento. Los pasajeros (en especial los de Autobuses Neuquén) debieron esperar más de la cuenta y otros quedaron literalmente a pata.
Este viernes el problema volvió a repetirse aunque en menor escala: esta vez fuero diez los coches que no salieron.
El hecho de que regirá un nuevo sistema no libera a la municipalidad de Neuquén de su obligación de exigirles a las empresas actuales el cumplimiento de las condiciones, que está escritas en los contratos. El seguimiento y la aplicación de sanciones son necesarias para garantizar la seguridad. Habrá que ver si la ex Indalo, con todas sus falencias, está dispuesta a presentarse en la licitación.