NACIONALES (ED) Faltan pocas horas para jugar el “séptimo partido”. Ese, al que pocos llegaron. Mañana desde las 12, hora argentina, la Scaloneta puede estar a 90 minutos de la gloria total.
La hinchada argentina en Qatar se llevó el reconocimiento del mundo entero. Ninguna tan bulliciosa, ninguna tan saltarina, ninguna tan incansable, ninguna tan apasionada. Y toda ese energía les llega a los 26 en cada previa de partidos, con los banderazos que copan el punto de encuentro en la capital qatarí.
Allí, en el famoso “dedo”, miles y miles tapados bajo los colores celeste y blanco, con los rostros de sus ídolos, rompen la monotonía con los originales cánticos bien argentos.
Pero también Buenos Aires tuvo sus banderazos en , al menos, quince lugares de la ciudad, porque éste es el último antes de la gran final del mundo. Multitudinarios y ruidosos ,hicieron saber que el hincha y el jugador argentino están motivados de manera imbatible para lograr el máximo objetivo: levantar la copa de la mano de los dos ” Leoneles”, ídolos totales.
Si los franceses dicen no tener miedo, seguramente algún cosquilleo hoy sintieron.