Entre cinco millones de almas alegres, lo malo fue insignificante




NACIONALES ( NA ) La multitudinaria manifestación de ayer, dejó un muy leve saldo negativo. Apenas 64 heridos leves, 23 detenidos por los disturbios de última hora, y algunos bienes materiales afectados, pero realmente la jornada vivida deja mucho para un análisis sociológico.

Hubo millones de personas frustradas por no poder ver a la scaloneta, sin embargo vivieron la fiesta como pudieron, y se fueron a sus casas. Quizás el fenómeno pueda resumirse en que fue una convocatoria espontánea, sin ningún “líder” que mandara a “romper todo”.

Gran lección, para que desde hoy, la clase dirigente repiense su rol.

 Respecto a las consecuencias para algunas personas, oficialmente se informó que  “La mayoría de los heridos fueron derivados a distintos hospitales de la Ciudad, como el Fernández, Ramos Mejía, Rivadavia, Durand y Argerich, todos politraumatizados, pero ninguno grave”, dijo Alberto Crescenti, titular del SAME, en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas.
Personas que se habían reportado como extraviadas pudieron encontrarse con sus seres queridos o allegados en las instalaciones del Centro de Monitoreo Urbano de Diagonal Norte y Cerrito.
 Asimismo,se indicó que “muchos se golpearon al caerse de algún techo o una columna de alumbrado, otros sufrieron crisis convulsivas o lipotimias”, en este último caso por la elevada temperatura, que alcanzó los 30 grados.
Además, dos jóvenes se arrojaron desde un puente sobre el ómnibus descapotable que trasladaba a los futbolistas mientras circulaban sobre la avenida Dellepiane, uno cayó dentro del vehículo pero el otro golpeó contra el asfalto, aunque no sufrió heridas de gravedad.
Más allá de los heridos, hubo distintos incidentes registrados en varios puntos de la Ciudad, especialmente el robo de neumáticos en muchos autos, daños a semáforos y columnas de iluminación, y problemas en la traza del metrobus, sobre la avenida 9 de Julio, donde los simpatizantes rompieron techos y otros elementos de las paradas.
También hubo daños en las puertas de ingreso al Obelisco, ya que varios simpatizantes rompieron los candados y luego subieron las escaleras para llegar a lo más alto del monumento, que además quedó repleto de pintadas en su base.

1 COMENTARIO

  1. No fue una fiesta, fue una muestra más, como si lo cotidiano no bastara de la mediocridad sin solución de continuidad en la que vivimos. La nota busca minimizar que el 60% de los argentinos son, en el mejor de los diagnósticos, analfabetos funcionales. Animalitos cuyos cerebros han evolucionado al ritmo de ” las ayudas sociales” iniciadas por el nefasto alfonsinato.

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