NEUQUÉN (ED) — Una vez más la empresa Autobuses Neuquén volvió a dejar a sus pasajeros literalmente a pata. Ahora se trata de una protesta de choferes que, este lunes, denunciaron ataques con piedras a los colectivos, roturas de vidrios, también de una máquina lectora de la tarjeta SUBE y presuntas amenazas de muerte.
La ex Indalo transita por los últimos días de un paupérrimo servicio que llegará a su fin el primero de febrero, fecha en la que comenzarán a transitar las unidades de KoKo y de Expreso Tigre Iguazú, empresas ganadoras de la licitación pública.
Durante los últimos meses la ex Indalo fue objeto de infinidad de quejas por incumplimiento de frecuencias, unidades que no tienen mantenimiento (algunas hasta se quedaron sin frenos) y falta de higiene.
Ahora se va por la puerta de atrás, tras haber brindado un servicio pésimo y caro por que el acumuló subsidios millonarios. Claro que nada de eso justifica los ataques y las presuntas amenazas, que hasta ahora no están nada claras.