El aumento de la pobreza y la indigencia preocupan el todo el país y Neuquén, a pesar de ser una de las provincias mejor posicionadas del país por la bonanza económica que ofrece la cuenca hidrocarburífera de Vaca Muerta, no es la excepción a este flagelo de la sociedad Argentina. El obispo de Neuquén, Fernando Croxatto, contó que alberga a una decena de personas en la catedral
“La pobreza en Neuquén no es de hoy, es una realidad de siempre”; dijo y agregó que “hay veces que no se los puede ayudar porque no quieren salir de su situación”. Además amplió que estas situaciones requieren un abordaje integral con asistencia social, de salud y educación.
Según el último reporte del Indec, correspondiente al segundo semestre del 2022, el 4,3% de las personas y el 3,7% de los hogares en Neuquén están bajo los parámetros de la indigencia. Estos datos marcaron un descenso en comparación con los del primer semestre del mismo año (5,4% y 4,9%) y con los del mismo semestre del año anterior (6,0% y 4,2%).
Pese a las estadísticas que indican una merma en los registros de personas en situación de calle, Croxatto insistió que “detrás de los datos hay gente que la está pasando mal y padeciendo esa vida” y que “en la realidad, cada vez son más las personas que llegan a la catedral o a los refugios a buscar ayuda” y aseguró que “no se da a basto para contener a todos”.
Sobre el paralelismo con el crecimiento económico de la provincia de Neuquén, el obispo dijo que “a veces cuesta entender como se acciona” e indicó que “los recursos están, el tema es como distribuirlos y que prioridades damos a las necesidades hoy”. En ese sentido comentó que “el estado está pero a veces no termina de poder accionar las respuestas urgentes que se necesitan y el que tiene hambre, tiene hambre hoy”.
