A 41 años de la guerra de Malvinas y a unos pocos días que la CELAC y la Unión Europea reconozcan a las Islas del Atlántico Sur como un territorio en disputa que “…no se limita únicamente al archipiélago de las Malvinas sino que también abarca la proyección sobre el espacio marítimo y sus recursos naturales circundantes” según explicaron asesores del Canciller Santiago Cafiero a Noticias Argentinas, el Reino Unido parece haber respondido con la amplia difusión de un ejercicio militar de primer nivel realizado por tropas de elite de la British Army, la RAF y la Royal Navy.
Según se desprende de las propias redes del Strategic Command de UK, nombre con el que se conoce desde el año 2010 al comando estratégico británico antes conocido como comando de fuerzas conjuntas y que tiene la misión de coordinar las capacidades de los tres servicios armados del Reino Unido, el 27 de julio pasado se realizaron maniobras militares en el Atlántico Sur. El ejercicio bélico conocido como “Cape Bayonet” tuvo, como premisa hipotética, recapturar las Islas tomadas por una fuerza enemiga que bien podrían ser las Fuerzas Armadas Argentinas que, en la actualidad, aguarda por mayores recursos para incrementar su presencia en el Atlántico Sur ante los numerosos desafíos que subsisten para asegurar la soberanía nacional.
En este contexto de hipótesis de conflicto se entrenó a la B Company, del 3ª Batallón del Regimiento de Paracaidistas, unidad de infantería actualmente presente en las Islas, con maniobras de infiltración rápida de fuerzas de tierra y aire a la principal base militar de las islas, el Complejo Mount Pleasant para asegurarse, en primer lugar, del control de la pista de aterrizaje de la zona. El Oficial al mando de la Compañía B, tercer Batallón de Regimiento de Paracaidistas, el Mayor Iain Thompson dijo al respecto que, “el terreno inhóspito y agreste y el clima de las Islas en el invierno del Atlántico Sur han resultado en un ejercicio que ha probado a la compañía a fondo, tanto mental como físicamente y nos ha preparado muy bien para un estado de alerta en el 2024”.
No es la primera vez que Gran Bretaña realiza ejercicios militares en la zona del Atlántico Sur ni tampoco la Argentina ha dejado de protestar formalmente por estas decisiones que son contrarias a regulaciones internacionales. El 1 de diciembre de 2022, la Cancillería Nacional convocó a la embajadora británica, Kirsty Hayes, para hacerle conocer la disconformidad de la Nación Argentina ante la decisión de enviar a las Islas Malvinas hasta siete miembros militares de las Fuerzas de Seguridad de Kosovo (KBS) para que se incorporen al ejército de infantería británico en el archipiélago. Una decisión que dio lugar a la introducción de nuevos actores militares en la zona en disputa.
En esa oportunidad, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, junto con el Subsecretario de Política Exterior, Claudio Rozencwaig, explicaron que la iniciativa militar era contraria a la Resolución 31/49 emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la cual se insta a Argentina y Reino Unido abstenerse de adoptar decisiones unilaterales que impliquen alguna modificación en la situación mientras las Islas están atravesando el proceso de negociación recomendado por la misma Asamblea. Y, también se violó el mandato de la resolución 41/11 de la Asamblea General, denominada Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur, que, entre otras disposiciones, exhorta a los países del mundo a que respeten a la región del Atlántico Sur como una zona de paz y cooperación, mediante la reducción y eventual eliminación de su presencia militar en esta zona del mundo.