NEUQUÉN (ED) — Un vecino de Cipolletti al que la Justicia rionegrina calificó de “Jardinero entusiasta”, regó tantas veces y con tanta cantidad de agua que deterioró el hormigón pre moldeado de la propiedad lindera. Ahora tendrá que indemnizar al propietario. Se dice que compite por el premio al “peor vecino”, pero de seguro debe haber más, inclusive peores.
No sólo tendrá que costear la reparación del paredón, sino también abonarle una suma de dinero por daño moral. En el juicio civil, se probó que el sector de hormigón pre moldeado se deterioró por el exceso de agua. En su defensa, el demandado alegó que tenía riego por goteo y no por aspersión, pero la pericia de un arquitecto desmintió ese argumento.
La sentencia civil es de primera instancia y no está firme porque puede ser apelada. El fallo receptó el reclamo por daños y perjuicios que formuló el damnificado. Entre los rubros se admitió el daño emergente, que representa una suma de dinero para reparar el sector del paredón. Y también el daño moral para compensar los sentimientos de “molestia y malestar que ningún ciudadano debe soportar gratuita e injustificadamente”, surge de la resolución.
Inicialmente los lotes estaban divididos por un alambrado, pero los vecinos comenzaron a transitar algunos desacuerdos. Entonces para ponerle fin al conflicto, uno de los propietarios del lote compró e instaló quince metros de paredón de hormigón pre moldeado.
Con el paso del tiempo, advirtió que en un sector específico las placas divisoras habían comenzado a deteriorarse producto de la humedad. Entonces acusó a su vecino por derramar agua en exceso. Las pericias demostraron que el entusiasta había arrojado agua de manera constante sobre el paredón que divide ambos lotes.