Durante el pasado fin de semana, la República Argentina fue testigo de sus elecciones presidenciales, un evento de suma importancia que, tradicionalmente, suele generar ondas de repercusión en la economía nacional. Y esta vez no fue la excepción. Los mercados locales experimentaron una notable volatilidad, reflejando las expectativas de los inversionistas y ciudadanos.
No obstante, más allá de las fronteras argentinas, otro fenómeno financiero se hizo sentir con igual, sino mayor, intensidad: el fuerte aumento del precio de bitcoin. La moneda digital pionera y estandarte del mundo cripto, logró superar su máximo anual al perforar la barrera de los 37.000 USD. Este logro no es menor si consideramos que, desde que dio inicio el 2023, bitcoin ya ha experimentado una revalorización del 105%, señal inequívoca del creciente interés y confianza en este activo digital.
Pero más allá de las cifras actuales, es de suma importancia destacar un evento inminente que tiene a la comunidad cripto en vilo: el próximo Halving de Bitcoin. Este proceso, programado para llevarse a cabo aproximadamente en Abril del año próximo, consiste en la reducción a la mitad de la emisión de nuevos bitcoins. Históricamente, el Halving ha generado un efecto de contracción en la oferta de la moneda, generando presiones alcistas en su valor.
Simultáneamente, en el escenario global, numerosos fondos de inversión de gran envergadura están en la búsqueda activa de la aprobación para lanzar ETFs (Exchange-Traded Fund, un tipo de fondo de inversión que cotiza en bolsa) basados en Bitcoin. Esta dinámica implica que, antes de ofrecer tal producto financiero, estos fondos tendrían que adquirir bitcoin como activo subyacente. Es decir, una vez aprobados, se espera un incremento significativo en la demanda de bitcoin, ejerciendo aún más presión sobre su valor.
En síntesis, el horizonte para bitcoin se presenta prometedor. Tanto factores de oferta como de demanda anticipan fuertes movimientos para esta criptomoneda en el futuro cercano. Mientras Argentina navega las aguas post-electorales, el mundo financiero global mantiene sus ojos firmemente puestos en el desarrollo y potencial del bitcoin.
