PLOTTIER (ED)–Los primeros datos que se conocen sobre el femicidio de Rosana Mabel Artigas (quien tenía 46 años y trabajaba en la municipalidad de Plottier), duelen, lastiman e indignan.
La autopsia que se realizó viernes no dejó dudas: murió por asfixia mecánica. La estrangularon. Los investigadores arriesgan que cuando Rosana entró a la casa de José Fernández, su ex pareja, este la atacó por la espalda, le ató una soga al cuello y la apretó hasta matarla. No quería dejar rastros de sangre. Había planificado el ataque.
Luego, la envolvió en un colchón inflable, la introdujo de cabeza en un tambor de 200 litros y colocó una capa de cemento para que se hundiera en las aguas del Limay, en la zona de China Muerta (donde fue hallado el cuerpo).
El sujeto que está preso (con prisión preventiva por falso testimonio vinculado con esta causa) trasladó el tambor el jueves 23 en una camioneta y se dirigió hacia el río. También se dice que intentó quemar el cuerpo, pero las llamas fueron débiles y solo afectaron algunas zonas del cuerpo.
Para los investigadores, no hay dudas de que el femicidio de Rosana fue planificado. La principal hipótesis, radica en que Fernández estaba celoso porque luego de una relación de 20 años con un hijo en común, Rosana había tomado la decisión de separarse y había comenzado a conocer a alguien.
La mujer, soñaba son salir de esa pesadilla y rehacer su vida, porque había sufrido innumerables hechos de violencia de género y había prohibiciones de acercamiento. Había antecedentes que alertaban, pero el ministerio de Las Mujeres y la Diversidad de la provincia de Neuquén no hizo absolutamente nada. O al menos se desconoce si hizo algo. Lamentablemente, con el de Rosana, la provincia llora nueve femicidios en lo que va del año. Es la provincia más golpeada por este flagelo en todo el país, pese a su escasa cantidad de habitantes.
