NEUQUÉN (ED) — La ciudad de Neuquén se enfrenta a una situación crítica tras una intensa tormenta que azotó la región, transformando sus calles en un escenario similar al de Venecia. La lluvia, acompañada de granizo, relámpagos y truenos, comenzó el viernes a las 10 de la mañana, inundando rápidamente las calles y obligando tanto a los vecinos como a la Municipalidad a tomar medidas de emergencia, como el corte del tránsito en las zonas más afectadas.
Sin embargo, la tormenta no solo evidenció la fragilidad de la infraestructura de la ciudad para enfrentar eventos climáticos extremos, sino también la falta de obras públicas en los barrios, donde el agua se acumuló sin posibilidad de drenaje adecuado. Un claro ejemplo de esto es la situación en Calle Neumann, cerca de Necochea, donde las casas se vieron afectadas por la inundación debido a la insuficiente capacidad de drenaje de una sola boca de tormenta, agravada por la falta de avance en la obra de entubamiento del canal.
Uno de los principales problemas es el elevado caudal del río Limay, que, debido a la necesidad de proveer energía eléctrica a Buenos Aires y el conurbano bonaerense, triplicó sus valores habituales, dificultando el escurrimiento del agua en la ciudad.
Mientras la ciudad lucha por hacer frente a las consecuencias de la tormenta y la falta de obras públicas en los barrios, se generan críticas hacia la asignación de recursos, con millones destinados a la fiesta de la Confluencia, lo que refleja una discrepancia en las prioridades de la gestión municipal en un momento de crisis para los vecinos.