NEUQUÉN (ED). — La herencia que dejó el gobierno populista de Sergio Massa, aún en Neuquén muestra los coletazos de la crisis y con ello, el aumento de los trapitos que encontraron en las esquinas una salida fácil y rápida para sumar ingresos.
Vale recordar que en el gobierno de Horacio “Pechi” Quiroga avanzó en la prohibición por ordenanza de la actividad pero además insertó a muchos de ellos en el servicio del estacionamiento medido. Muchos años pasaron y con la llegada de las migraciones de otras provincias, la ciudad fue cediendo terreno ante el avance de los limpiavidrios.
Primero fueron las esquinas céntricas, luego la multitrocha, y en los últimos meses hasta las calles más alejadas del oeste tiene uno, dos o tres chicos corriendo entre los autos pidiendo algunos pesos a cambio de una pasadita.
El municipio tomó cartas en el asunto y anunció operativos sorpresivos en distintos puntos de la ciudad, junto con agentes municipales y policía provincial.
“Hemos notificado a las personas, les informamos que el lavado de vidrios es una actividad no permitida y que hay que buscar otra salida. Sabemos el momento complejo que estamos viendo, pero no se puede hacer”, afirmó el subsecretario de Medioambiente y Protección Ciudadana, Francisco “Pancho” Baggio.
Lo cierto es que la ordenanza castiga a los conductores que acceden a los lavados pero no avanza sobre quienes ejercen la actividad. Una zona de grises que padecen a diario los conductores neuquinos.