NEUQUÉN (ED). — Hace apenas unos pocos días funcionarios de la municipalidad de Neuquén se jactaron del orden en las cuestas públicas e inflaron el pecho para expresar que el balance de 2023 arrojó superávit. Es decir, lo mismo que había sucedido en los anteriores años de gestión del intendente Mariano Gaido.
El superávit quiere decir que a la municipalidad le sobró dinero, que tuvo capacidad de ahorro o que no alcanzó a invertir lo que le ingresó. En política se dice que cuando sobra dinero es porque falta gestión. Y lo que falta en la mega city de la Patagonia es luz, cosa que se advierte con preocupación en el más céntrico de sus espacios públicos, como el Parque Central.
Atravesarlo de noche es un desafío que no todos aceptan. Es por eso que lo rodean, para lo cual tienen que caminar varias cuadras de más. Los vecinos reclaman que sumen luminarias, pero sus reclamos no tienen eco y aquellos que se animan a pasar por esa boca de lobo se exponen a los robos. El problema no es nuevo y se padece en el cruce de vías, donde reinan las penumbras.
Hay quienes dicen que seguramente no hay funcionarios ni concejales que hayan caminado por ahí después del atardecer. Y también están los que aseguran que si hay alguien que jamás recibirá la distinción de “embajador de la luz” es precisamente Gaido. “Embajador de la luz” es el reconocimiento que le hicieron a Javier Milei.
Hace poco más de una semana, el subsecretario de Hacienda y Planificación Financiera de la Municipalidad de Neuquén, Juan Dutto, mostró orgulloso lo que ahorró en lamparitas y otras cosas. Confirmó que 2023 cerró la ejecución con un superávit de “1.075 millones de pesos”. “Mantuvimos la premisa que venimos llevando adelante, ser prudentes en la estimación de los recursos y de las erogaciones para poder tener una administración ordenada y eficiente”.
Pero no hay dudas de que tiene pocas luces (el parque, que se entienda bien).