NEUQUÉN (ED). — Después de que el Gobierno nacional decidiera que las universidades públicas deberían mantener el presupuesto del año pasado -si bien se actualizaron esos fondos- no se logró llegar a convencer a las autoridades, muchas de ellas, acostumbradas al despilfarro. Pero el ajuste les llegará a todos.
Con las heridas de guerra de una oposición fragmentada y cada vez más golpeada por los avances de un rumbo claro. Javier Milei llega con un envió de acompañamientos, aún en los momentos más duros del ajuste. Coincide con un hartazgo de la sociedad para con los discursos vacíos que solo sirvieron durante 20 años para darle volumen a los bolsillos de los amigos.
Pero el reclamo de este martes tendrá un punto clave: la decisión del gobierno nacional de auditar los gastos de las universidades. Es por ello que las entidades emitieron un comunicado donde se asumen en “Estado de Emergencia”. El abanico militante tomó la posta y salió a abrazar la defensa de “la universidad pública” que no es más que la defensa de un sistema, que con la excusa del todo, siempre funcionó mejor para unos pocos.
La supuesta defensa de la escuela pública, en todos sus niveles y su coqueteo con las castas gremiales arrastró en los últimos años a los peores resultados educativos sudamericanos. Así como se vacía la escuela de contenido, se llena de discurso.
A modo de ejemplo reapareció esta semana Alberto desde España y parece que le sobró el tiempo para promocionar en un video la convocatoria a la marcha universitaria. Es más, utilizó fragmentos de actos durante su gestión y los contrastó con los discursos de Javier Milei.
Mañana será un día de reclamos sobre los que se podrá coincidir o no, pero no seamos ingenuos: los políticos saldrán a mostrar la hilacha, otra vez.