
La concesionaria se quedará con el 50 por ciento de las infracciones cobradas. Las multas van desde $140.000 hasta más de un millón de pesos.
NEUQUÉN (ED). — Comenzó la cuenta regresiva para que entre en funcionamiento pleno el sistema de fotomultas en la capital neuquina. Esta semana iniciaron las pruebas del Sistema de Tránsito Inteligente, a través del cual en breve se multará a quienes excedan la velocidad máxima, crucen los semáforos en rojo y usen el celular.
La implementación del nuevo sistema que tiene como premisa, para algunos, prevenir siniestros viales, y para otros, recaudar, estará bajo la responsabilidad de la firma Speed Radar Tech SRL en sociedad con ARCUVA SAS. La dupla se adjudicó la licitación 04/2024 para la “contratación del Servicio de Provisión, Instalación y Mantenimiento de un sistema integral de captación y procesamiento de imágenes para la detección de infracciones de tránsito”, dice la Resolución 132/24.

Speed Radar Tech SRL – ARCUVA SAS, es la misma firma que tiene la concesión de las fotomultas en la localidad de General Roca. Si bien se hizo hincapié en que al Municipio neuquino le saldrá cero pesos, lo cierto es que la dupla de empresas se quedará con el 50 por ciento de las infracciones cobradas. Las multas van desde $140.000 hasta más de un millón de pesos.
Speed Radar Tech SRL es una empresa con domicilio legal en Juncal 1143, Ciudad de Buenos Aires. Por su parte, ARCUVA es una firma neuquina que tiene domicilio calle Anaya 4024, barrio la Zagala. Aunque son de actividades diferentes, la unión de ambas tal vez se pueda explicar en el tan promocionado compre neuquino.
La obstrucción de la senda peatonal, la falta de cinturón de seguridad, doblar en “U”, el uso del teléfono celular y cruzar un semáforo en rojo son las falta que puede captar el sistema en esta etapa de prueba. Una vez iniciado oficialmente el sistema de fotomultas, también se controlará la velocidad.
Algunos sectores cuestionaron al municipio que mediante el convenio resignó ingresos, que de antemano asoman como cuantiosos, ya que prefirió entregarle el 50 por ciento a la empresa, cuando podría haber comprado el sistema y explotarlo en su totalidad.