Una diputada reclamó una reorganización para tener más días clases. Se trata de un espacio destinado a la formación y coordinación, pero terminan siendo nichos gremiales. ¿Se abre el debate?
NEUQUÉN (ED) — Las jornadas docentes neuquinas se pusieron en foco después de que la diputada del Bloque Arriba Neuquén, Gisselle Stilger reclamara una reorganización que permita tener más días de clases y quizás llegar a los 190, como otras provincias. Pero hay otra realidad, en Neuquén llegan a 11 encuentros en el año, mientras que en Buenos Aires y otras provincias son menos de la mitad.
Pese a todas las buenas intenciones la educación en Neuquén viene mal desde hace mucho tiempo, por una multiplicidad de factores. Pero uno de los más preocupantes es que los chicos tienen pocas horas y días de clase, pero además siempre hay una excusa que afecta su continuidad.
El proyecto legislativo que busca tener eco en el CPE (un espacio en el que gobierno con los años fue cediendo poder al gremio), blanqueó un tema tabú para muchos docentes que padecen, los supuestos espacios de formación y coordinación, que terminan siendo algo más parecido a un encuentro gremial, y en el peor de los casos de terapia colectiva.
Para quienes no ejercieron la docencia se puede describir como un día sin clases donde los docentes y directivos hablan los problemas diarios de los colegios, pero que suele quedar copado por los enfrentamientos entre a los referentes de línea provincial y los más duros de la capital, que reeditan las interminables demandas al Gobierno (sin resolver nada).
Tener más días de clases es la demanda. Y las jornadas, así como están planteadas dejan a los docentes no militantes, atrapados -con asistencia obligatoria- en un sistema perverso creado para ser útil y funcional a unos pocos.
La diputada reflexionó que hay provincias que tienen estos encuentros los sábados y les pagan horas extras. Lejos de dar una receta que puede incluir desdoblar horarios, turnos o reducción de horas en las convocatorias, pidió que se abra el debate, sin olvidar lo fundamental que son los estudiantes.
“Cada escuela organiza la jornada de acuerdo con los temas de la institución. Nosotros tenemos conocimiento que hay jornadas que no duran más de una hora. Y entonces ¿con qué necesidad afectar todo el día de clases? Hay otras que no, que son más extensas. Organicemos de manera tal que pongamos el eje en que el chico no pierda horas y días de clase”, reforzó.
Finalmente, Stillger adelantó que “tenemos conocimiento que el ministerio de Educación está trabajando en una propuesta para revisar la dinámica integral de la jornada. Ellos también ven esta situación”.
En el gremio ya encendieron las alarmas, ¿se terminan las audiencias cautivas de las jornadas?