Todo previsible en la película mala de ATEN




NEUQUÉN (ED). — Las medidas de fuerza a las que sindicalistas de ATEN pretenden darles continuidad no tienen argumentos sólidos, sino todo lo contrario. Son contra una ley de incentivo que contiene premios y no contempla ninguna clase de castigos. Beneficia a los afiliados, es decir a los docentes, y nadie en su sano juicio se atrevería a decir lo contrario. Pero el gremio la ha rechazado y se ha embarcado en lo que llaman una lucha. De esto tampoco hay dudas: la lucha de los gremialistas es contra los de siempre: los alumnos, sus familias y, en definitiva, la sociedad toda.

La ley contra la que protestan fue aprobada por amplísima mayoría en la Legislatura neuquina y contempla un plus -llámese incentivo, beneficio o premio- para los educadores que no superen las tres inasistencias por trimestre -y dentro de ellas, las dos por mes-. Ese plus es del 15% y la primera cuota la cobrarán con la liquidación de los haberes de septiembre.

Es un beneficio que envidiaría cualquier trabajador es un premio por el simple hecho de cumplir con sus obligación de trabajar. Tan simple como eso.

La ley no contempla castigos para los faltadores, que seguirán cobrando sus sueldos, sin poda alguna. La oposición del sindicato (en realidad de los sindicalistas) al beneficio llamó la atención, incluso, en Buenos Aires. Periodistas y hasta dirigentes consideraron ridícula a la postura de ATEN.

Los sindicalistas de ATEN se aferran una falsa idea del presentismo para confundir y avanzar en su relato con menos argumentos que una película mala. En el régimen laboral de los docentes neuquinos no existe tal figura; lo que sostienen los dirigentes de ATEN, Marcelo Gualgiardo y Angélica Lagunas, no es más que una falacia.

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