Los docentes iniciaron este miércoles con un nuevo paro que se extenderá por dos días. Será con los reclamos de siempre y la pérdida de credibilidad a la que nos tiene acostumbrado el gremio.
NEUQUÉN (ED). — Más de un chico se desorientó con la duración de las vacaciones de invierno y estos veranitos intermitentes de descanso. Los padres deberán hacer un doble esfuerzo para explicarles que el gremio que defiende a la educación pública hace todo lo posible por sacarse pibes de encima y mandarlos al privado, donde se privilegia la continuidad. O como le gusta decir a los propios docentes, los trayectos escolares.
En las escuelas públicas, el trayecto viene bastante accidentado y hace años. Las gestiones que buscaban “la paz social” entregaron demasiado y enajenaron la importancia de una Educación de calidad para ir construyendo un escenario de Educación a la carta de los gremios. Sí, es plural porque indirectamente ATE también suelen colaborar con la quita de porteros (pero eso merece otro análisis).
Muchas áreas del gobierno aún muestran rezagos de entregas deliberadas de la era Sapag-Gutiérrez, el CPE no escapa a ello. El daño lo acumularon por rebote las familias que con la billetera corta que terminaron presos de muchos días sin clases. Muchos mas de lo esperado.
Pese a las inversiones y que se trabaja en edificios que tienen deudas de obras de más de 10 años, los docentes neuquinos son privilegiados y lo saben. Son los que tienen la mayor cantidad de espacios para las jornadas de capacitación del país, tienen sueldos atados a una actualización por IPC cada tres meses, mientras en otras provincias solo la ven pasar. Un generoso abanico de licencias que reparte recursos que no siempre vuelven en resultados.
Pero nada alcanza en la tierra del morral agitado al viento. Quizás también en ese reboleo, se perdió la vocación de los que no solo van a un curso a tirar una fotocopia. Los pibes saben el tipo de docentes que hoy tienen las escuelas neuquinas. Y si bien hay excelentes profesionales, también hay de los otros.
Se necesitan más educadores y menos trabajadores de la educación que prefieran el conflicto al dictado de clases. Habrá que recordarles que la escuela se defiende en las aulas y con los chicos adentro.