El gobierno tiene una máxima: el empleo debe ser para los neuquinos. El asunto radica, entonces, en la formación. Suena un teléfono en ATEN.
NEUQUÉN (ED) — ¿Falta mano de obra calificada neuquina para hacerle frente a oferta laboral de Vaca Muerta? Un estudio realizado por Principia Consultores asegura que sí, pero la conducción del sindicato Petrolero lo pone en dudas. El hecho es que hay indicadores palpables y objetivos que ilustran al respecto.
Las compañías petroleras contratan a ingenieros y técnicos llegados no sólo de otras provincias, sino también de otros países. Así lo acreditan tanto los cambios de domicilio, como la ampliación de las matrículas escolares. Neuquén es, hoy en día, un imán para los venezolanos que huyen de la dictadura de Maduro y muchos de ellos tienen experiencia en los pozos.
El problema -es decir, el diagnóstico- se conoce desde hace años. Pero recién se comenzó a trabajar en las soluciones cuando, el 10 de diciembre último, cambió el gobierno y cambiaron las prioridades, que ahora son para la provincia y para quienes en ella habitan: nativos o llegados desde hace ya algunos años.
El gobernador Rolando Figueroa tomó debida nota de las proyecciones, también del desarrollo (que indefectiblemente debe ser acelerado); y planteó las soluciones, tan lógicas como (hasta ahora) postergadas. Diagramó e implementó capacitaciones para que los neuquinos tengan acceso a los puestos laborales y acordó con las empresas del rubro cursos para adolescentes y jóvenes.
En paralelo (y con financiamiento de las compañías que operan en la formación) puso en marcha un programa de becas estudiantiles que no tiene antecedentes en la región. Ni siquiera, en el país. Así, inició una nueva etapa en la formación de los escolares de cada pueblo y ciudad de la provincia.
Ahora ¿Por qué se llegó a este presente?, es una pregunta que se impone. Y la respuesta es sencilla: buena parte de la comunidad neuquina no está debidamente preparada, porque el sistema educativo acumula décadas de fracasos, escollos, vicios, “avivadas” y mañas en nombre de la vagancia y en contra de la Educación. Se trata de adversidades que han causado un daño inocultable.
Nadie puede mirar para el otro lado tras una enorme seguidilla de paros y pérdidas de días de clases que se repite año, dándole demasiado protagonismo a los gremios en las decisiones. Entre ellos ATEN, que bajo el discurso vavío de la defensa de los derechos laborales, sigue escondiendo debajo de la alfombra el derecho a estudiar de los miles y miles de estudiantes neuquinos.
Ahora soplan otros vientos y es de esperar que, de una vez por todas, se aprenda la lección.