A Soiza lo beneficiaron con la prisión domiciliaria. A otros cinco los condenaron, pero no fueron presos ni un minuto
NEUQUÉN (ED). — La sociedad se entusiasmó y siguió con expectativas el desarrollo de la causa por la que se investiga una multimillonaria estafa al Estado provincial neuquino, con fondos que estaban dirigidos a familias de bajos recursos económicos y que terminaron en manos inescrupulosas, según dieron por acreditado los fiscales.
Se esperaba que purgaran cárcel, pero esta semana llegaron noticias felices para unos y desdichadas para la sociedad neuquina en su conjunto. Primero, le otorgaron el beneficio de la prisión domiciliaria al ex director de Planes Sociales, Ricardo Soiza. Y ahora condenaron a otros cinco miembros de la banda de ladrones, pero sin pena de cárcel efectiva. De este modo, el dueño del restaurante Faraón (Soiza) regresó a su casa y los otros ni siquiera estuvieron un rato tras las rejas.
La estafa multimillonaria la perpetraron durante el gobierno de Omar Gutiérrez, con tarjetas y cheques que desviaron. Ahora, la jueza Carina Álvarez dispuso las condenas para cinco de los involucrados. No obstante el castigo fue leve: tres años de prisión condicional y trabajos comunitarios no remunerados.
Son ex empleados del ministerio de Desarrollo Social y particulares a los que los investigadores les endilgaron “niveles de baja responsabilidad” en la estafa (en la que se contabilizaron nada menos que 9.303 hechos). Los condenados son Gustavo Roberto Mercado, Carolina Beatriz Hernández, Pamela Alejandra Rivera, Gesel Roxana Tarifeño y Pamela Alejandra Cea.
Entre otras cosas, aceptaron haber extraído dinero de los cajeros automáticos y cobrar cheques, para luego entregar la recaudación a los cabecillas de la banda: Néstor Pablo Sanz y Marcos Ariel Osuna, ex funcionarios de Desarrollo Social que a su vez respondían a Soiza.
En tanto que Soiza, respondía al ex ministro de Desarrollo Social, Abel Di Luca, quien es otro de los señalados como supuesto cabecilla de la organización delictiva.