La vicegobernadora se volvió más famosa que Colapinto, a quien se le atribuyen varios choques innecesarios. Cualquier paralelismo es mera subjetividad.
NEUQUÉN (ED) — Mientras la vicegobernadora Gloria Ruiz -hoy desplazada- es investigada por el escándalo de supuesto mal manejo de fondos públicos en la Legislatura y una comisión evalúa “su inhabilidad moral”; la vicepresidente primera a cargo, Zulma Reina dio de baja varios contratos políticos “dudosos” con funcionarios que se llevaban suculentos sueldos.
Y como si el horno estuviera para bollos, también trascendió que la sanadora rosarina Leda Bergonzi recibió una suma millonaria para venir a Neuquén, en una actividad que se realizó con el padrinazgo de Ruiz, allá por agosto. Destinó la cifra de 32 millones de pesos a un evento de evangelización que tuvo lugar el 24 de agosto en el estadio Ruca Che y demandó $12.045.000 en gastos de infraestructura y logística, 4.612.940 pesos en pasajes y $10.000.000 al Obispado de Neuquén (tremenda colecta).
Dispuesta a ordenar, Reina también le dio otra mala noticia a Gloria este martes. Sacó al contador Néstor Gelos del cargo de asesor que tenía desde marzo. Se trata de un hombre de confianza de Ruiz, a quien se le atribuye capacidad para manejar los números. Fue subsecretario de Hacienda en el municipio de Plottier durante la intendencia de Ruiz. Se sabe que continuó un tiempo junto al intendente de Plottier, Luis Bertolini, pero como estaba muy asociado a la gestión pasada y generaba desconfianza, rápidamente fue reemplazado. Al tiempo terminó decantando en la Legislatura.
Más por menos, es menos
También en la jornada fue desvinculada otra persona cercana a Ruiz: Gustavo Chittadino. Se trata de un familiar de su esposo, que había sido designado el 3 de octubre pasado y es apuntado por haber realizado una transferencia millonaria a la concesionaria donde la vicegobernadora compró una camioneta de alta gama.
Esta semana se conocieron más gastos y pagos de sobreprecios de la Legislatura que colisionaron con una imagen distinta de la deseada para la administración de los recursos de todos los neuquinos. Los hechos que salieron a la luz volvieron mostrar que el discurso de austeridad solo pasaba por Roca y Rioja, pero nunca por Leloir.
La necesidad de tener una caja mayor, para financiar “las fiestas” de los intendentes en el interior, en un intento -sin suerte- de construcción política hacia adentro de la provincia, chocó con el recorte presupuestario y la necesidad de blanquear gastos de la política.