El viento los amontona y por aquí hay mucho viento. De qué se trata tan singular propuesta política.
NEUQUÉN (ED). — A simple vista, la noticia tiene menos peso que una modelo. Pero es rara, ya que en el medio está el Movimiento Popular Neuquino (MPN), anestesiado y literalmente cerrado por decisión u omisión de las autoridades partidarias.
Este fin de semana que se supo que la diputada provincial Carina Riccomini, quien llegó a su banca unipersonal con el nombre de Juntos (estrategia que usó para captar el voto de opositores distraídos) se encolumnó detrás de la propuesta nacional que encabezan el ex gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el ex ministro, Florencio Randazzo.
Hacemos por nuestro país. Así se llama la fuerza supuestamente de centro con la que estos dos buscan posicionarse en el escenario de la política nacional y que está inspirada en el modelo de gestión cordobés.
Riccomini es la esposa de Brian Marino, algo así como un jefe de punteros en los tiempos de hegemonía del MPN, que se vio involucrado en el escándalo aquel de las macetas, enormes pero frágiles y por sobre todas las cosas anti estéticas, que aparecieron en las calles de la ciudad capital y que se rompían apenas “las tocaba” algún inexperto en el arte de estacionar camionetas.
Marino integraba la cooperativa proveedora de las macetas y el asunto lo corrió de la exposición pública, al menos por algún tiempo. Mientras que Riccomini accedió a su banca de diputada provincial como colectora del MPN, pero se trató (en realidad) de un MPN maquillado que, al menos a ella, le dio resultado.
Tras una performance pobre en los comicios de 2023, Schiaretti y Randazzo apuntan a las legislativas de 2025. En función de eso, Riccominni viajó a Córdoba para empaparse de las propuestas de esa especie de peronismo de interpretación personal, muy especialmente en el caso de Randazzo.
Randazzo es la personificación misma de aquello a lo que el presidente Javier Milei llama la casta. No sólo porque fue candidato a todo lo que pudo y porque cambió de aliados como de camisa, sino también porque se las ingenió para ocupar cargos importantes. Tal es así que fue ministro de Gobierno y jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, durante la gobernación de Felipe Solá. Y, más acá en el tiempo, fue ministro del Interior y Transporte de Cristina Fernández de Kirchner. Aunque no lo veamos, Randazzo siempre está.