La policía los atrapa y los jueces los largan




El combate a la inseguridad tiene un escollo evidente, tanto en Neuquén como en el resto del país

NEUQUÉN (ED) — Durante el fin de semana, en la expo de Junín, la presidente de la Sociedad Rural del Neuquén, María Cecilia de Larminat, planteó un tema que no se agota en el campo, sino que se propaga por la provincia y también por el país todo: la policía atrapa a los delincuentes y los jueces (o juezas) los liberan rápidamente. La llamada puerta giratoria es un mal que arrastra décadas y al que debería ponérsele fin, para bien de la sociedad.

“Las fuerzas de seguridad, policía, brigadas rurales y guardafaunas han redoblado sus esfuerzos y nos consta, pero de nada sirve que se detenga a estos delincuentes si desde la Justicia no se le da la importancia que merece la seguridad en el campo”, resumió Larminat en su discurso.

El gobierno de la provincia de Neuquén ha realizado un gran esfuerzo para sumar motos, automóviles y camionetas a la flota de vehículos de la policía, como así también para aumentar la cantidad de efectivos. El combate contra el delito se libra todos los días, pero hay delincuentes que son rápidamente liberados y en verdad eso es frustrante.

Los casos abundan y alcanzará con recordar los que se sucedieron ahora, en la segunda quincena de enero. En uno de ellos un juez de Neuquén mandó a su casa, con prisión domiciliaria, a un delincuente con frondosos antecedes, que ahora está involucrado en el robo de una moto. El asistente letrado de la fiscalía, Luciano Vidal había pedido que quedara preso.

El delincuente fue identificado por sus iniciales (L.N.C.) y presentaba riesgo de fuga (además de ser reincidente), pero el juez de garantías Juan Kees dispuso la detención domiciliaria por el plazo de dos meses.

Lo mismo sucedió con un sujeto identificado como N.A.C. que tenía antecedentes, robó un estéreo y lo mandaron a su casa, en Zapala. La fiscal del caso Marina Díaz recordó que este malandra no se presentó a dos audiencias previas en las que se le iba a imputar este hecho. Intervino la jueza de garantías Bibiana Ojeda, quien no lo dejó preso.

En otro caso, el asistente letrado Luciano Vidal acusó a un ladrón por forzar el portón de un inmueble y robar distintas pertenencias. Le imputó el delito de robo simple y pidió que lo encierren, ya que tiene antecedentes. Pero un juez dispuso prisión domiciliaria. El malviviente es A.F.L. y el juez de garantías Lucas Yancarelli dispuso la prisión domiciliaria por el término de un mes.

También está el caso de uno de los integrantes de dos bandas de delincuentes que se enfrentaron a los tiros en el barrio Villa Ceferino de la ciudad de Neuquén y pusieron en peligro a los vecinos. Se habló de narco menudeo. Uno de los delincuentes había quedado preso con prisión domiciliaria, pero un juez ordenó su liberación.

La fiscal Silvia Moreira explicó que ese sujeto (identificado como G.E.G. y que sufrió un tiro en una de sus piernas) debía seguir con detención domiciliaria hasta el 11 de febrero, pero el juez de garantías Luis Giorgetti no hizo lugar al pedido de la fiscalía.
¿Habrá que revisar las leyes? La liberación de los delincuentes genera una peligrosa sensación de impunidad.



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