La inauguración del SAF de Confluencia junto a Gaido dejó algunas perlitas políticas, las sufrieron los legisladores del Frente de Todos que estuvieron en el acto.
NEUQUÉN (ED) — Mientras Neuquén celebra su impulso de obras “a la neuquina” sin financiamiento nacional, el gobernador Rolando Figueroa aprovechó el acto de una inauguración municipal en Confluencia para contarle las costillas a la pesada herencia kirchnerista, que dejó además de deudas e investigaciones judiciales varias, relacionadas al mal manejo de la obra pública, a representantes que tratan de aferrarse a bancas en medio de un país diferente.
El populismo mira por la ventana y anticipa la madre de las batallas entre libertarios y los defensores de la Neuquinidad. Si no dan un golpe de timón urgente se los come el personaje.
En una parte de su discurso, Figueroa cuestionó a las personas “que pierden el tiempo ladrándole a la luna” -en una clara alusión a los legisladores K que aprovechan cualquier oportunidad para cuestionar a la gestión que supo seducir a varios de sus referentes (hoy los más importantes son funcionarios provinciales).
“Quizá es lo que les gusta construir, humo permanentemente. Creo que ese humo fue lo que nos terminó llevando hasta este lugar”, disparó.
El gobernador sacó pecho por el diálogo, acuerdo con los gremios y los diferentes partidos políticos, pero hizo una distinción y reconoció a “los partidos políticos que quieren construir, incluso pensando diferente” para defender Neuquén.
Resaltó que la autodeterminación de Neuquén “permite no estar de rodillas ante los gobiernos nacionales de turno” y recordó a los gobiernos nacionales que “terminaron abandonando a todos los neuquinos” (casi un misil para Calafate)
“Todos esos que pierden el tiempo ladrándole a la luna no va a ser cosa que terminen perdiendo las dos bancas que tienen en el Senado porque los neuquinos terminamos definiendo otra forma de trabajar”, aseguró Figueroa ante la atenta mirada de los diputados.
