
Sigue el conflicto entre el municipio y una cooperativa de trabajo que cumplía tareas en el cementerio local. “Todo tiene un límite”, aseguró el intendente Carlos Koopmann.
ZAPALA (ED) — “Todo tiene un límite”, aseguró el intendente Carlos Koopmann que cuestionó el accionar de delincuentes que vandalizaron el panteón de la familia materna del intendente, Carlos Koopmann.
El hecho fue denunciado en la Justicia, mientras comenzaron a relevarse las imágenes de las cámaras de seguridad, para identificar a los posibles autores del ataque contra el pantéon de la familia Irizar, ubicado en el sector del ingreso por calle Asmar.
“Kopman (sic) el Polo no se rinde. El que avisa no traiciona”, reza una de las pintadas que, según el relato de los trabajadores del cementerio, habrían ocurrido entre las 16 y las 18 de ayer, porque minutos antes ellos habían asistido con un servicio a ese sector de la necrópolis y el panorama era absolutamente normal.
“En la tarde de ayer, desconocidos vandalizaron el panteón de mi familia materna, donde descansan los restos de mis bisabuelos, abuelo, tíos y primos”, relató Koopmann, remarcando que “el repudiable hecho, que ya fue denunciado en la Justicia, se da en el marco de un conflicto con una cooperativa, fogoneado por sectores gremiales y políticos minoritarios, que con su accionar están superando todos los límites”.
“No es así como se van a solucionar las cosas”, advirtió el intendente, remarcando que “lo único que les pido es respeto, para mis familiares fallecidos y para todos los zapalinos que descansan en nuestro cementerio”.
Conflicto
La secretaria de Gobierno, Belén Aragón, enfatizó que “en este conflicto hay una clara intencionalidad política, que ya sobrepasó todos los límites, porque integrantes de la cooperativa montaron escenas que llevaron preocupación a la comunidad”.
En cuanto al vínculo laboral con el municipio, la funcionaria explicó que “con la firma de un contrato, acordamos que desde enero empezarían a retirar escombros en el cementerio. Ese mes la cooperativa no prestó ningún servicio y de igual forma recibió un pago de 3.600.000 pesos para que puedan adquirir herramientas y realizar las tareas encomendadas, que eran solamente romper las bóvedas viejas y retirar escombros hasta el piso, no debajo de la tierra”.
“En el contrato nada dice de remover cuerpos y no hubo ninguna orden escrita ni verbal. No hay manera que ellos puedan documentar esto porque no existió esa orden de parte de ningún representante municipal. ¿Que hicieron? La realidad es que buscaron restos de cuerpos y provecharon esta situación para iniciar un reclamo que tiene claras intenciones políticas para atacar a la gestión”, sostuvo la secretaria.