Nos preocupamos por los pobres, pero si no se ven mejor 




Un desalojo y la triste realidad de la capital de Vaca Muerta también incluye a hombres y mujeres con colchones y mantas en la vía pública.

NEUQUÉN (ED) — El pasado martes 21 de mayo, policías y agentes municipales, desalojaron a unas 10 personas en situación de calle que dormían entre las vías y las inmediaciones del Museo Nacional de Bellas Artes. 

El desalojo se dio horas antes de que la jefa de Gabinete, María Pasqualini, junto a funcionarios municipales llegarán al museo para suscribir un acuerdo con el Colegio de Arquitectos para avanzar en un concurso nacional de proyectos que incluye la remodelación integral del Parque Central. 

“Me encuentro indignado y con mucha bronca que maltrataron e insultaron a estas personas que están en situación de calle atrás del Museo de Bellas Artes”, expresó un vecino de la ciudad en sus redes sociales y amplió: “Treinta policías y camionetas de la municipalidad de Neuquén arrasaron con esta gente y cargaron colchones, bolsos y los dejaron a la intemperie pasando calle bahía Blanca sobre”.

La triste escena que describió el vecino se contrapuso con lo que sucedió al día siguiente, donde funcionarios y profesionales compartieron una mañana entre anuncios y buena camaradería. A solo dos cuadras, la realidad de la capital de Vaca Muerta continuaba siendo la misma que el día anterior: hombres y mujeres con colchones y mantas en la vía pública.

Invisibilizarlo resultó imposible. Horas después los medios se hicieron eco y varios dirigentes intentaron aportar soluciones, que por ahora no alcanzan.



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