La devaluación que afecta a los reclamos




NEUQUÉN (ED). — La época de vacas flacas parece que también llegó al gremio ATEN que tuvo que salir a pedir prestado manifestantes para engrosar el reclamo que llevó a las calles céntricas. Se estima que el colapso del microcentro – párrafo aparte el enojo que siguen generando en la sociedad- tuvo más de organizaciones sociales que de docentes. Pero como dice el dicho, nos une el espanto. 

La medida gremial se sintió más en las escuelas que en la calle, donde los piqueteros parecieron por momentos superar a los guardapolvos. Para algunos no fueron más de 800.

Allí se lo vio a Marcelo Guagliardo con su característico morral y mucho enojo contra una conducción de un Gobierno, que ya no está dispuesta a entregar la educación de los neuquinos a cambio de paz social. Con la nueva ley que establece el pago de una bonificación remunerativa o “presentismo” en forma de plus a quienes no falten, los gremios ven comprometida su fuerza de choque y hasta su representatividad.  

Este lunes, el eslabón más débil del sistema educativo (los chicos de las escuelas públicas) pagaron otra vez los platos rotos. 

Pero algo está cambiando y se espera un ajuste de las clavijas en Educación, que permita separar la paja del trigo. Para que no siempre gane la vagancia.

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