Renunció toda la comisión directiva de ATEN Junín de los Andes. Expresó su malestar por las internas que obligan a radicalizar sus posturas. El conflicto gremial ya muestra las primeras bajas.
NEUQUÉN (ED). – “Nada es para siempre, nada es para siempre”… repite la canción de Fabiana Cantilo y los que parece que la escuchaban seguido eran los ex miembros de la conducción del gremio docente de Junín de los Andes, que lejos alistarse en las filas más radicalizadas, optaron por eyectarse.
Toda la comisión directiva de ATEN Junín de los Andes presentó su renuncia el 27 de julio. Si toda. Fue de forma indeclinable con una extensa carta que invita a reflexionar su rol frente a la sociedad.
“¿Somos las conducciones las responsables de llevar adelante, a cualquier costo, la representación de un colectivo que mayoritariamente se retiró de este espacio?”, se preguntaron.
“En estos tiempos tan complejos donde parece que el cambio es de la mano de quien grita más fuerte, absolutamente irracional y violento, donde la posibilidad de disenso está totalmente juzgada con epítetos de burocracia, cobardía y demás denostaciones”, reclamaron.
De fondo se ve me el mensaje claro: nos superó la violencia de quienes arengaban a radicalizarse en el plan de lucha. Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, y en esa afirmación histórica, no entran los troskos.
Frente a la arrinconada de cruces, el termómetro chico de la ciudad de Junín dijo basta. “No estamos dispuestos a que esa organización se transforme y las conducciones seamos el frontón del malestar general”.
Finalmente, como explicaron en la carta, seguirán militando desde sus espacios y siempre defendiendo la escuela pública. Habría que agregarle sin plegarse a los caprichos de Guagliardo y mucho menos la violencia del clan Lagunas.