Mientras Neuquén naufraga por un sistema que le da demasiado protagonismo a lo gremial, en tierras de Macri se avanzará privilegiando al estudiante. Copiará los modelos de Brasil, Colombia, Singapur, Reino Unido, Israel, Corea del Sur, Noruega y Finlandia.
NEUQUÉN (ED). — La Ciudad de Buenos Aires aplicará un novedoso sistema educativo para las secundarias, copiando los modelos de educación de San Pablo en Brasil, Colombia, Singapur, Reino Unido, Israel, Corea del Sur, Noruega y Finlandia. Bajo el lema “Adiós a la escuela del siglo pasado” avanzará en una propuesta con un eje centrado en el estudiante.
En la provincia del Neuquén se aplicó recientemente un reforma en media que no hay traído las soluciones esperadas. Lamentablemente se le dio mucho protagonismo al gremio, con la creación de parejas pedagógicas y otras mañas, pensadas más por la situación laboral docente que por los chicos. Pero que al final de cuentas no ha decantado en una mejora de la calidad educativa en las escuelas públicas. Paros reiterados, perdidas de días de clases, además de la falta de evaluaciones a docentes y estudiantes han conspirado para una sucesión de fracasos.
Ahora en CABA, el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri que no desconoce el mal modelo nacional que impuso la agenda K, tomó el toro por las astas y sacudió la modorra. A través de una conferencia de prensa explicó lo que viene para 2025 y la idea es que realmente los estudiantes “aprendan motivados, desafiados y que desarrollen las habilidades necesarias para el mundo que los rodea”.
“Los chicos avanzarán por niveles en cada materia y sólo si cumplen los objetivos. Como el aprendizaje va a ser personalizado, en una clase pueden convivir chicos que estén aprendiendo Matemáticas de tercero, con otros que deban Matemáticas de segundo. Todos a su ritmo”, señaló.
“Todo el sistema estará mirando y acompañando a ese alumno porque también se busca terminar con la idea de que los chicos están en la escuela solo para pasar de año. El valor es aprender. Cada estudiante va a tener un plan de aprendizaje y va a avanzar a su propio ritmo. Y hoy damos el primer paso para solucionar un problema complejo”, explicó la ministra de Educación, Mercedes Miguel.
Otra de las cuestiones que se planteó es que los cambios también se enfocan en las demandas de los alumnos: “En encuestas realizadas por el Ministerio de Educación porteño, el 55% pidió seleccionar asignaturas acorde a sus intereses y el 30% solicitó espacios dedicados al trabajo de las emociones, entre otras variables”.
“Uno de los cambios centrales es que habrá un aprendizaje más personalizado con mayor acompañamiento de los profesores. Para eso se ampliará la formación docente y se busca que no tengan que moverse de escuela a escuela y también que las clases sean más dinámicas, con la participación de todos, por ejemplo, en una mesa común”, indicaron.
En esta modalidad no se cambia el diseño curricular sino que las materias serán las mismas, pero desaparecen las previas: “Sin embargo, si no se aprueba un nivel o contenido no se podrá avanzar en ese nivel hasta aprobarlo. Un alumno no puede cursar, por ejemplo, matemáticas de cuarto año si no aprobó matemáticas de tercero. Esto sucede porque se deja de lado la rigidez de los años escolares tradicionales”.
En este sistema los estudiantes deberán repetir el contenido no aprobado hasta que lo comprendan para poder avanzar de nivel. Es decir, no se repetirán años completos: “Hoy si un alumno repite debe recursar todas las materias, las aprobadas y las que no. Con el nuevo método se recuperará, únicamente, cada nivel no aprobado. Un esquema similar a las carreras universitarias”
“Cada nivel prevé contenidos nodales y contenidos de profundización divididos en bimestres o cuatrimestres. Los estudiantes que hayan logrado los aprendizajes esperados en esos períodos de tiempo continuarán profundizando contenidos y conocimientos; quienes no lo hayan logrado, seguirán trabajando en el nivel con refuerzos de tutorías docentes y en otros espacios extra clase”, reafirmaron.