Una gran humareda descontrolada se hizo sentir y mucho desde Alta Barda hasta hasta Z. Generó problemas serios en el tránsito de la autovía devenida en la nueva traza de ruta 22.
NEUQUÉN (ED) — La ciudad de Neuquén capital sufre y padece las constantes quemas de basura en diferentes sectores, una práctica difícil de erradicar en épocas de vacas flacas, porque la gente quema basura para rescatar metales o algo de valor para vender.
Si bien la gran humareda descontrolada de este martes se hizo sentir y mucho con un olor penetrante en barrios como Alta Barda e influencia, también llegó hasta Z1 y generó problemas serios en el tránsito de la autovía devenida en la nueva traza de ruta 22.
Pero no es nuevo ocurre todos los días, solo que afecta a los barrios más periféricos donde se convive con el humo.
Mientras los bomberos aún seguían trabajando para apagar el colchón de basura, la realidad es que todos los días la quema se produce en los mismos sectores que la municipalidad ya conoce.
La zona cercana al complejo ambiental de Neuquén es un lugar donde los basurales se reproducen y se extiende detrás del nuevo hospital provincial, un monumento a la riqueza que contrasta con otras realidades.
La práctica se repite cada noche en la calle Capitán Emilio Crouzeilles al fondo, donde los vecinos esperan además del regador, la limpieza de calles junto a drenajes de agua que nadie repara. Allí donde las cámaras no llegan también hay una ciudad oculta con barrios privados, pero privados de servicios.
Si bien en declaraciones radiales, el subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana reconoció la intencionalidad del incendio también aclaró que es difícil controlarlos. El tema es que cuando no molesta a algunos sectores parece que las soluciones tardan.
La municipalidad solucionó el problema de los asentamientos que “afeaban” el ingreso, ahora falta revisar la basura que se esconde en la alfombra.