NEUQUÉN (ED) — El presidente del Bloque de diputados provinciales del MPN, Maximiliano Caparroz, lamentó las declaraciones de la senadora Silvia Sapag durante su discurso en el Congreso por la reestructuración de la deuda externa. Y afirmó que las deudas de Neuquén son “por crecimiento y desarrollo”.
El diputado criticó duramente el argumento de la senadora que afirmaba que Neuquén tiene una de las deudas más altas del país. “Aprovecha la situación para decir que Neuquén está fundida por una especulación netamente política y con un objetivo absolutamente partidario”, analizó Caparroz en una entrevista con El Digital Neuquén.
Además, manifestó: “La provincia de Neuquén, por supuesto, tiene deuda, pero es de crecimiento y desarrollo con altas posibilidades de pagarse en tiempo y forma y seguir creciendo sin ningún problema”. Al respecto, explicó que esto se debe a “la buena administración y la defensa de nuestros recursos” del gobernador Omar Gutiérrez, que se basó en tres ejes, “Vaca Muerta, el petróleo y el gas; turismo y la producción”.
“Me asombra la desinformación y la mirada parcial sobre la realidad económica de nuestra provincia. Es una pena que no sepa que somos una provincia que tiene la suficiente solvencia económica para afrontar los compromisos asumidos”, completó.
El referente del MPN recalcó que no estamos en épocas de elecciones y que el deber actual es gestionar políticas que mejoren las vidas de los neuquinos.
La contestación destacó que la provincia tiene uno de los mayores índices de transparencia presupuestaria, con menor desigualdad y aumento considerable de empleo privado, basándose en diferentes fuentes de organismos públicos.
Contra Sapag, afirmó que es su responsabilidad defender el precio del petróleo para que capitales nacionales e internacionales se interesen en invertir en la provincia y que “defender el precio nuestros recursos no renovables es su responsabilidad ineludible con el mandato que le dio la ciudadanía”. Finalmente, le sugirió: “honre el legado de su padre y de su tío y no se entregue mansamente al poder central de Buenos Aires”.
