Por Gustavo Franco – Especial para El Digital Neuquén
NEUQUÉN (ED). — Roxana Márquez es una vecina de la localidad rionegrina de Allen, que días atrás perdió a su padre víctima del COVID-19. Como muchas personas en todo el mundo, ella y su familia se encontraron con la necesidad de recibir atención en un sistema de salud que está saturado.
En lo que no se parece nada la historia de Roxana a todo el mundo es en lo que le pasó: luego de sepultar a su padre en el cementerio de Allen, le informaron desde el hospital de esa ciudad –donde estuvo internado su padre y posteriormente falleció-, hubo una equivocación en la entrega de la bolsa mortuoria, que no contenía los restos de su padre.
A partir de ese hecho, todo fue más confusión y más dolor, relató hoy Márquez a Radio Show Roca 98.5.
“Pudimos sepultar a mi padre a las 9:30 (del martes 6 de octubre); a las 11:30, llamaron a mi hermano desde el hospital para decir que la persona que habíamos sepultado no era mi papá.A nosotros nos entregaron a mi papá y lo sepultamos de nuevo a las 4 de la tarde, en el mismo agujero en el que habíamos sepultado a mi papá en la mañana. Todavía estamos esperando que alguién nos dé una explicación. El hospital le echa la culpa a la funeraria y desde funeria al hospital”, expresó la mujer.
Y agregó: “¿Sabés lo que es sepultar a tu padre dos veces en el mismo día ? ¿ A cuántas personas le habrá pasado que sepultaron a un ser querido y que no era su ser querido ?. No hay excusas. Quiero respuestas y justicia para que a nadie más le pase esto”.
La historia que relata Roxana no empezó ni terminó en ese hecho terrible.
Su padre debió ser internado en el nosocomio de Allen hace varios días por Covid y, como ella aclaró, su padre, de 68 años, era un paciente de riesgo por otras enfermedades. La mujer explicó que en el hospital no le dieron la correcta atención, incluso relató que le pusieron el casco para ventilar, que le aplicaron el tratamiento con ibuprofeno. Denunció que su padre no fue atendido como requería su estado de salud y agregó que tiene de testigos a los pacientes que compartieron la habitación con su padre.
Indicó que en reiteradas oportunidades ella y su hermano tuvieron que reclamar al personal de enfermería, a médicos y a la directora del hospital que le brindaran atención.
“Cuando falleció, fui a hacer los papeles que hay que hacer en estos casos; reconocí sus cosas. Pedí verlo con todo el protocolo; me autorizaron a verlo pero no lo vi porque tenía en una bolsa cerrada. No me dejaron verle la cara. Ellos entregan los cuerpos al azar. Los ponen en bolsas y los entregan, y además, están mintiendo con los partes médicos”, sostuvo la mujer.
También dejó entrever un accionar poco claro en el personal que trabaja en el cementerio, ya que –como agregó-, en un momento pudo advertir que cerraron el cementerio, a su entender, para sacar el féretro que habían sepultado a la mañana.
“Mi papá fue un buen padre, un buen abuelo y una gran persona. Quiero que esto no quede así. Nadie se merece tanto manoseo”, sostuvo Roxana en diálogo con una emisora de Roca y adelantó que iniciará acciones legales contra el hospital y la funeraría.