BUENOS AIRES (NA) — La pérdida de reservas que está registrando el Banco Central (BCRA) diariamente no es sostenible hasta fin de año y puede llegar a perjudicar la recuperación y la política antiinflacionaria, advirtieron economistas.
Los especialistas del mercado cambiario señalan que el BCRA podría poner freno a las importaciones, con lo que se afectaría la recuperación industrial o acelerar el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial que repercutiría sobre los precios.
La actual política que el BCRA aplica para mantener a los tipos de cambio tranquilos, con el menor costo posible en términos de reservas, para los especialistas no es sostenible en el tiempo.
Según la consultora Equilibra, la presión dolarizadora en la víspera electoral es “mayor de la anticipada” y en septiembre el Central ya gastó unos US$ 500 millones de sus reservas, entre las intervenciones que realiza en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y en el de bonos.
“El drenaje que vimos de reservas del BCRA puede responder a cuestiones lógicas, como una mayor demanda de importaciones con una economía que muy lentamente se recupera”, analiza la consultora.
Para Equilibra, que el BCRA acelere el ritmo de depreciación del tipo de cambio tiene una “mínima probabilidad”.
En tanto, Francisco Mattig, economista de Consultatio Investments, sostuvo que “queda por ver en el balance cambiario si los bancos no están recomponiendo la cobertura a moneda extranjera y eso explica también las ventas del Central”.
En la primera semana de septiembre las reservas netas se ubicaban en USD 6.152 millones, USD 1.769 millones por debajo del máximo de julio, y si el BCRA continúa con esta política, las reservas netas se volverían negativas para fin de año.
Por su parte, el economista Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria Consultores, señaló que el BCRA “vende unos USD 70 millones por día, un nivel complicado porque al cabo de un mes vas a tener unos USD 1.400 millones menos”.
Agregó Paolicchi que perder ese nivel de reservas y “seguir así hasta noviembre, te deja con un nivel de reservas muy bajo, parecido a fines de 2020, cuando estaba la crisis del dólar blue”.
Mattig dijo que el BCRA “podría establecer más cepo en las cuentas financieras, como por ejemplo, para los pocos que hoy en día pueden comprar los USD 200 mensuales, o ajustar más el pago de deuda en dólares de las compañías, aunque en este punto el daño parecería ser más grande que la solución”.
Paolicchi expresó que “las medidas que se tomaron recientemente no fueron muy efectivas. Redujo el ritmo de venta de dólares del contado con liquidación (CCL) de USD 30 millones por día a USD 20 millones y son medidas de corto plazo, que tienen poco efecto y después vuelve otra vez a resurgir el problema”.
Añadió que el BCRA podría restringir la divisa a los importadores pero advirtió que “esto generaría un impacto en la actividad económica”.
Martín Polo, economista jefe del grupo Cohen, señaló también que el Central “volvió a intervenir en agosto en el mercado de futuros, un segmento en el que se había mantenido al margen entre mayo y julio. Por esta vía se le fueron al Central USD 300 millones el mes pasado y se le irían otros USD 300 millones este mes”.
Agregó Polo que “el termómetro van a ser las ventas del Central. Nuestro escenario base es un tipo de cambio moviéndose entre 1 y 1,5% de acá a noviembre y a partir de allí este ´crawling peg´ se va a tener que acelerar, inexorablemente”.
Desde el IERAL apuntan que “el nivel de reservas de libre disponibilidad le pone un tope a las posibilidades de expansión económica”.
La Fundación Mediterránea señaló que “la recuperación está condicionada a que las reservas no decaigan, lo que requiere expandir las cantidades exportadas, o que se mantengan altos los precios de las exportaciones argentinas”.
Para los especialistas, la solución de fondo sería tratar de bajar la brecha cambiaria mediante un programa de estabilización macro que debería incluir algún ajuste cambiario con la dinámica que se desee, aunque descartan que eso se de antes de las elecciones legislativas.