BUENOS AIRES (NA) — El Gobierno vive sus horas más agitadas entre versiones de aceptación de renuncias de ministros, desmentidas oficiales, y explosivas declaraciones de dirigentes kirchneristas contra el presidente Alberto Fernández.
El sector referenciado en Cristina Kirchner ya venía reclamando un cambio profundo en el rumbo económico, alejado del “fiscalismo” que le atribuyen al ministro de Economía, Martín Guzmán, pero la perspectiva de las PASO hizo que el conflicto quedara contenido por un tiempo.
El veredicto de las urnas hizo volar esa tregua y el kirchnerismo, en estado de emoción violenta, se jugó ayer a fondo con una jugada riesgosa: la presentación masiva de “renuncias a disposición”, a fin de forzar cambios en el Gabinete y acciones concretas para revertir la caída de los ingresos en los sectores populares.
El presidente Alberto Fernández se encerró por la tarde junto a sus ministros más fieles, con quienes entró en un estado de deliberación para consensuar cómo responder frente al desafío que le planteaba Cristina Kirchner y el Instituto Patria.
Algunos de sus colaboradores le recomendaban aceptar las renuncias para recuperar la autoridad, acusando al kirchnerismo de asestar un “golpe palaciego”.
El incendio no se apagó y este jueves continuaba el clima de zozobra en la Casa Rosada, atento a las novedades, especialmente si Alberto Fernández aceptaría o no algunas de las renuncias de ministros y altos funcionarios de Estado del kirchnerismo.
Internismo a cielo abierto
El presidente se mantuvo durante todo el día en la Quinta de Olivos, en tanto que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, uno de los apuntados por el kirchnerismo por su rol como jefe de campaña, arribó a la Casa Rosada poco antes de las 11:00, junto a la vicejefa, Cecilia Todesca.
A las 9:10, el dirigente de Miles, Luis D Elía apuntaba contra Cristina Kirchner por haber elegido a Alberto Fernández como candidato presidencial: “¿Ella no sabía lo que era Alberto Fernández, que era un hombre de centroderecha comprometido con los intereses de las corporaciones?”, se preguntó el dirigente ultrak, que aseguró que “la gran responsable” de esta crisis política y social es la vicepresidenta.
Minutos más tarde, se conocían explosivas declaraciones del ex presidente de Uruguay José “Pepe” Mujica opinando que la Argentina “está desquiciada”.
A las 10:20, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, se sumaba a la polémica como espectadora y señalaba que la derrota del Frente de Todos “los pone al borde de la disolución”.
Antes del mediodía, el jefe de Estado recibió al gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y allí se empezaron a tener especulaciones sobre un posible encumbramiento del mandatario cuyano en el lugar de Eduardo “Wado” de Pedro como ministro de Interior.
En simultáneo, se conocía que el Movimiento Evita y otras organizaciones sociales afines al Gobierno suspendían la marcha a Plaza de Mayo que habían anunciado ayer para respaldar a Alberto Fernández de los embates del kirchnerismo. La movilización se canceló por pedido expreso del presidente.
Poco después del mediodía, el presidente realizaba una serie de tuits en los cuales ratificaba su autoridad presidencial y aclaraba, con guiño a La Cámpora y al Instituto Patria: “La gestión de gobierno seguirá del modo que yo estime conveniente, para eso fui elegido”.
El audio furioso de Vallejos
En ese momento se conocía un audio filtrado con furibundas críticas de la diputada nacional Fernanda Vallejos contra Alberto Fernández, pero también contra Guzmán, Cafiero Matías Kulfas y Vilma Ibarra.
A Fernández lo llamó “enfermo” y “mequetrefe” y lo acusó de estar “atrincherado” en la Casa Rosada, “sin legitimidad”, recordando que había sido puesto a dedo en ese lugar por Cristina Kirchner, “la dueña de los votos”.
En este sentido, opinó que debía “allanarse a lo que diga” Cristina Kirchner, y que nadie lo había votado para “someterse al mandato del Fondo Monetario”.
A Cafiero lo tildó de “imbécil” e “inútil” por no poder coordinar el Gabinete, y a Guzmán lo definió como “neoliberal” por llevar adelante un ajuste fiscal en medio de un contexto de “50% de pobreza”.
Luego Vallejos pidió disculpas por su exabrupto, pero ya era tarde y fue blanco de numerosas críticas en redes sociales, entre ellas del ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
El mensaje de Aníbal recibió horas después el “me gusta” del jefe de Estado.
A las 13:45, sectores cercanos a la Presidencia dejaron trascender a los medios que Fernández le había aceptado la renuncia a De Pedro, pero a las 14:20 la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, desmintió que esto haya sucedido.
A las 15:00, Fernández recibió al gobernador de Tucumán, Juan Manzur, en su búsqueda por fortalecer la red de apoyos en el interior del país.
A las 17:20, el presidente marcó la cancha al señalar que “con presiones” no lo iban a “obligar” a tomar determinadas decisiones.
En cambio, destacó que Cristina Kirchner “sabe que por las buenas” podían “sacarle cualquier cosa”.
La explosiva carta de Cristina Kirchner contra Alberto Fernández
A las 19:00 las llamas de la interna volvieron a crecer con la publicación de una carta abierta por parte de Cristina Kirchner en la cual sincera que sus diferencias con Alberto Fernández vienen desde hace meses, especialmente en lo que refiere a la conducción económica.
En la misiva, la ex jefa de Estado acusó al Gobierno de estar llevando a cabo “una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad”.
Mencionó que en las últimas reuniones con el presidente le advirtió que el deterioro económico iba a tener “consecuencias electorales”, y consignó que el presidente rechazaba ese pronóstico y le prometía que iban a ganar en las PASO.
Cristina Kirchner también reconoció su insistencia al mandatario nacional para que cambie ministros, y mencionó en particular el cargo de jefe de Gabinete ocupado por Cafiero.
Por último, le recordó a Alberto Fernández que fue ella quien lo eligió para ser candidato presidencial, y concluyó la carta pidiéndole que “honre aquella decisión” y especialmente que “honre la voluntad del pueblo argentino”.