NEUQUÉN (ED). — Desde la seccional neuquina de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) deslizaron la posibilidad de que los choferes y otros trabajadores de las líneas de colectivos locales vayan a un paro o a otra medida de acción directa en las próximas jornadas. Lo novedoso es que, esta vez, la advertencia, va en sintonía con los reclamos de los empresarios nucleados en la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (FATAP); es decir, sus empleadores.
¿Advertencia de paro o de lock out patronal? Vaya a saberse, quizá se trate de un coctel entre ambos. El hecho es que pese a ostentar uno de los boletos más caros del país, el servicio que brinda Autobuses Neuquén (ex Indalo) sigue generando las quejas de los usuarios por las frecuencias, el estado y hasta por la falta de higiene en las unidas.
La nueva queja es, según se ha dicho, por la disparidad entre los subsidios que cobran las empresas de colectivos urbanos de Capital Federal y Gran Buenos Aires en comparación con las del interior, que según dicen cobran menos. Este jueves en una entrevista con LU5 el conductor de la UTA neuquina, Javier Soto, dijo que la semana entrante -al parecer el martes- habrá una reunión clave entre empresarios y funcionarios nacionales y a partir de lo que ahí surja pueden decidirse medidas de fuerza.
La ex Indalo cobra subsidios millonarios de Nación, de Provincia y del Municipio neuquino para que no aumente el precio de los pasajes (que no es precisamente barato) y para garantizar la continuidad del servicio (que no es precisamente bueno). Sólo por el mes de septiembre embolsó 51.765.430,86 pesos, en concepto de anticipo de subsidios. También recibió otros 2.666.157,36 pesos en concepto de anticipo de aporte no reintegrable extraordinario provincial. Ahora van por más.