BUENOS AIRES (NA) — Como nunca en los dos años y medio de gestión, el presidente Alberto Fernández busca sellar casi “a fuego” una alianza con el mundo empresario local. El mismo mundo que el kirchnerismo desprecia desde siempre y al que acusa de ser los responsables de todos los males que sufre la economía doméstica.
Las dos miradas, evidentemente opuestas, venían conviviendo en la alianza oficialista del Frente de Todos de forma pacífica hasta ahora, cuando la grieta entre el mandatario y la vicepresidenta, Cristina Fernández, parece ya insalvable.
En este contexto, el jefe de Estado salió a buscar el respaldo de la comunidad empresaria, advirtiendo que su gestión es un muro de contención a la avanzada ideológica del Instituto Patria en contra del “capital”.
“Somos el mal menor, porque si no estamos lo que viene es peor”, anticipan en el círculo íntimo de Alberto Fernández cada vez que mantienen un encuentro con hombres de negocios.
En la última semana, el Presidente profundizó su estrategia aliancista con la comunidad empresaria enviando al ministro más cuestionado de su Gabinete a participar de eventos organizados por el establishment con el objetivo de enviar un claro mensaje: Martín Guzmán está firme en su cargo y analiza ciertos cambios en las políticas oficiales para facilitar, durante el próximo año y medio de Gobierno, la llegada de más inversiones.
El titular del Palacio de Hacienda sabe que la falta de dólares y los problemas para importar insumos claves para la producción; la escasez de energía; la situación social, con un 55% del país sumergido en la pobreza; la inflación que viene y los problemas económicos derivados de la invasión rusa a Ucrania son algunos de los condicionantes a resolver en los próximos meses.
Y, por orden de su jefe, salió a dejar en claro que su esfuerzo está puesto en gestionar las políticas económicas que permitan atacar esa agenda de problemas a partir de un mayor diálogo con la comunidad empresaria.
Un discurso que surge cada vez con más fuerza desde la Casa Rosada, en medio de los cuestionamientos recibidos por Guzmán dentro del ala kirchnerista del Gobierno.
Su participación virtual en un seminario organizado por IDEA en Neuquén para debatir la transición energética y su visita al Hotel Llao Llao de Bariloche para debatir políticas oficiales con un centenar de dueños de empresas reafirma ese camino de alianza “con el capital” empujado por Alberto Fernández.
Ni siquiera el proyecto de cobrar un impuesto a la ganancia inesperada se identifica como un ataque contra los hombres de negocios sino más bien como una especie de “colaboración por única vez” a la causa “justa” de redistribuir riqueza de manera equitativa.
Una forma de robarle esta bandera ideológica al kirchnerismo, sector donde se considera que a Guzmán “no lo votó nadie” y que ya cumplió su ciclo.
Sin embargo, el ministro de Economía sigue avisando que está 100% enfocado en la gestión, que no se inmiscuye en disputas de poder y que quiere al empresariado caminando junto al Gobierno para transitar lo que queda hasta las elecciones nacionales del 2023.
En ese contexto, insiste en que el Gobierno va a cumplir con las metas fijadas en el plan económico presentado ante el FMI en materia de sendero fiscal, emisión monetaria y acumulación de reservas, como parte de un programa que funcione no sólo para reducir la inflación sino para crecer en forma sostenida en los próximos años.
“El Gobierno trabaja para construir la certeza de que se ha definido un rumbo y se continuará por ese camino”, dijo Guzmán este jueves 28 de abril a un grupo de empresarios convocados a un evento llevado a cabo por un medio de la provincia de Río Negro.
“Queremos mantener las mismas metas diseñadas en el programa original en lo que hace al sendero fiscal, la acumulación de reservas y el financiamiento que el Banco Central hace al Tesoro”, agregó.
Lo hizo un día después de haber dialogado, vía Zoom, con representantes del sector petrolero convocados por IDEA en Neuquén para debatir la transformación del ecosistema energético hacia fuentes más amigables con el medio ambiente.
Allí, Guzmán insistió en que el impuesto a la renta inesperada no desincentiva la inversión y les dijo que el aporte empresario “es valioso para la Argentina, en un contexto internacional que está construyendo un nuevo mapa”.
Sus palabras fueron seguidas atentamente por los máximos referentes de YPF; Pan American Energy; Chevron; Exxon Mobile; Vista Energy; Total Austral; Tecpetrol; CGC; Pluspetrol; TGN y TGS, entre otras corporaciones petroleras y energéticas con negocios en la Argentina.
El escenario elegido fue la capital de Neuquén, muy cerca de Vaca Muerta, uno de los reservorios de hidrocarburos más grande del mundo y que acumula ya millonarias inversiones de las 17 compañías que operan en la zona.
Como el resto de la comunidad empresaria argentina, el sector petrolero quiere incrementar sus inversiones pero en un contexto donde se les aseguren políticas públicas estables en el largo plazo, sin cambios bruscos como la creación de impuestos dudosos al estilo del que se aplicará a la ganancia inesperada.
En ese sentido, el ministro quiso baja el tono a la queja aclarando que no se impulsa para desincentivar las inversiones.
Explicó que el objetivo es dar solución al problema del shock distributivo que sufre la Argentina producto del escenario bélico internacional.
El titular del Palacio de Hacienda también contó a los empresarios sobre la “mirada diferente” de la Argentina que hay en el mundo luego del acuerdo con el FMI.
Dijo que el sector petrolero podría ayudar a acelerar el desarrollo de la economía y encarar una escala de otra envergadura que aumentará la competitividad del país; generar mayor disponibilidad de divisas; impulsar el crecimiento, además de ordenar la situación fiscal y tener un Estado más sano y una moneda fuerte.
Como clave para concretar este hecho, resaltó la necesidad de incrementar las inversiones privadas.
En ese marco, identificó “cuatro bloques” en los que el Gobierno viene trabajando para construir las condiciones necesarias para permitir ese escenario:
- Estabilidad macro y financiera para resolver los problemas agudos que la Argentina padece y ubicar al país en un lugar mejor.
- Mejorar la infraestructura para que deje de ser una limitante. Como ejemplo, se menciona la construcción del gasoducto Néstor Kirchner que elevará la escala de producción en Vaca Muerta, así como otros proyectos para mejorar la red y los oleoductos y la red de transmisión.
- Reglas de juego para adaptar el esquema de regulaciones de capital y así facilitar los flujos de inversión externa directa. De hecho, Guzmán anticipó que el Gobierno trabaja en cambios a la regulación nacida para lidiar con la corrida bancaria del 2019.
- Construcción geopolítica para entender el nuevo formato mundial y el espacio que puede ocupar la Argentina, en una agenda de integración regional con Brasil y con foco fuerte en Europa.
Con parte de la misma agenda en la cual admite que no alcanza con distribuir sino que se necesita también crecer y agregar valor, Guzmán participó este viernes del Foro Llao Llao, convocado por los empresarios más importantes del país: en el afamado hotel barilochense estuvieron figuras como Eduardo Elsztain, Carlos Migues (Grupo Miguens Bemberg); Marcos Galperin (Mercado Libre); Agustín Otero Monsegur (San Miguel); Federico Braun (Banco Galicia y La Anónima), Karina Román (Grupo Román); Roberto Murchison (Murchison); Sebastián y Juan Pablo Bagó (Laboratorios Bagó), entre otros.
Además de Guzmán, este auditorio de unos 90 hombres y mujeres de negocios, escuchó al ex presidente Mauricio Macri; al diputado nacional Javier Milei; y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En el caso de Guzmán, lo hizo recordando los lineamientos de lo que considera un programa económico como parte de un plan integral para dar respuestas a las demandas de la sociedad, motivo por el cual se avanzará con el otorgamiento del refuerzo por ingresos a trabajadores informales y de bajos ingresos, ante la aceleración de la inflación.
De todos modos, Guzmán sabe que, para avanzar de forma más integral, es necesario “tranquilizar la economía” a partir de contar con una estructura productiva inclusiva; más estabilidad; generación de más divisas y más exportaciones.
Es decir, a partir de un rumbo definido y claro que permita darle certeza a las inversiones que promete la comunidad empresaria local.