“La desconfianza siempre es recesiva, inflacionaria y tensiona el mercado”

El diputado José Luis Espert Foto: Mariano Sánchez



BUENOS AIRES (NA) — El doctor en Economía y diputado de PBA por Avanza Libertad, José Luis Espert, recibió a NA en su oficina del Anexo Congreso de la Nación para hablar de la actualidad política y económica que atraviesa la Argentina. Aunque evitó hablar sobre la interna dentro de la Libertad Avanza, aseguró que Javier Milei colaboró en la difusión de las ideas liberales y desmintió un distanciamiento. 

Sobre el Gobierno de Alberto Fernández pronosticó un duro panorama económico y deslizó que podría tener problemas de gobernabilidad. Además, opinó sobre Juntos por el Cambio, pero, principalmente, de Los Halcones PRO, de quienes duda sobre el giro hacia propuestas macroeconómicas ortodoxas. Espert tiene un amplio currículum en prestigiosos estudios del sector privado, como el de Miguel Ángel Broda o Ricardo Arriazu, aunque en el año 2000 fundó su propia consultora. 

Antes de lanzarse a la política, el economista fue consultor habitual de programas de televisión, radio y diarios. Si bien tiene tres libros publicados, el más destacado fue La Argentina Devorada (2017), que se convirtió en un best seller. En el 2019 fue candidato a Presidente, pero recién pudo ingresar a la política el año pasado como diputado, tras posicionar a su espacio (Avanza Libertad) como tercera fuerza en la provincia de Buenos Aires.

¿Qué análisis hace del Gobierno? 

Si bien esto no está asentado en ningún lugar, el compromiso que había de Alberto Fernández con Cristina Fernández para solucionarle todas sus causas judiciales, motivo por el cual él fue el candidato a Presidente en lugar de ella, no se está cumpliendo. Eso produjo una fractura en el Frente de Todos. Cristina se está tomando venganza del hecho que Alberto no le haya sido funcional a la resolución de sus problemas judiciales. La serruchada de piso que está recibiendo tiene mucho que ver con eso; no tiene vuelta atrás en el sentido de que el kirchnerismo decidió romper con el ‘albertismo’, refugiarse en la provincia de Buenos Aires y que Dios lo provea a Alberto con el futuro. Esto es muy grave porque, en una situación económica delicada, provocada por el gobierno, que además se le agregue una incertidumbre política tan grande por la fractura que hay en la coalición gobernante, genera más desconfianza. Y la desconfianza siempre es recesiva, inflacionaria y tensiona el mercado del dólar. 

¿Y la oposición?

Juntos por el Cambio tiene una gran tensión dentro. No es lo mismo -una parte-  del PRO, que la Unión Cívica Radical (UCR) o la Coalición Cívica (CCA). Hay un corrimiento de la sociedad hacia ideas de centroderecha y el PRO lo está leyendo con mayor velocidad que el resto de los integrantes del espacio. 

¿El PRO o Macri y Bullrich? ¿Podrán?

Sí, Macri y Bullrich. Ellos están tirando bien de la cuerda para llevar a su partido más hacia la derecha. No será fácil, no sé si lo van a lograr. Tampoco sé cuánto creerles el giro hacia el liberalismo. 

Teniendo en cuenta esta duda que siembra en torno al giro de Los Halcones del Pro, la historia reciente nos dice que Macri -después de haber ganado de forma categórica las elecciones de medio término- tampoco fue hacia políticas liberales. ¿Por qué ahora sí lo haría?  

Porque como gente que juega mucho a la política y conoce del tema, sabe que la sociedad giró hacia el lado nuestro, el liberal. Entonces, yo no descarto que solo por una cuestión de supervivencia política -quizás- giren para ese lado. Si ganaran eventualmente las elecciones del 2023, quizás hicieran algo de esto -respecto a políticas liberales-, pero no creo que mucho. Para llevar adelante políticas hay que estar muy convencidos, no tiene que ser solo un tema de conveniencia política. 

¿Por qué? 

Porque a lo que te enfrentas para cambiar a la Argentina para bien, paradójicamente, es muy difícil de enfrentar y doblegar.

¿Cuál sería la condición necesaria?

La condición necesaria para doblegar es sentirlo. No creo que la simple conveniencia política alcance, es mucha la fortaleza que hay que tener. Tenes que pelearte contra Juan Grabois, Emilio Pérsico, Hugo Moyano, Roberto Baradel; también contra los empresarios prebendarios, esos que están en los Cuadernos de las Coimas. Ahí tenes el foco de pus de la Argentina. 

¿Qué explicación tiene la brecha cambiaria actual? ¿Por qué es tan grande?

Automáticamente que se establece un control de cambio aparece la brecha. Lo grande de la brecha es la expectativa de devaluación que hay del dólar oficial en el futuro. Eso es consecuencia de una muy mala política económica que tenemos. El mercado es lo más democrático que hay porque hay miles de personas interactuando. A esta altura, el mercado y la sociedad saben que estas cosas terminan mal. Los controles de cambio siempre terminaron con grandes devaluaciones del dólar oficial, grandes inflaciones, desequilibrios políticos y sociales. 

Pensando en 2023, ¿Tiene salida el Gobierno de esta crisis?

Te respondería en dos planos: sí, tiene. Pero recién está empezando la crisis. En los últimos 60 años hubo 7 crisis. ¿A cuál te va a parecer? No lo sé. Vamos a una crisis de acá al 2023. Dado que se sembraron tormentas, se cosecharán tempestades. 

¿Qué debería hacer el Gobierno?

Sería ideal que no profundicen más el cepo porque generarán la respuesta que obtuvieron estos últimos días. Hay serias advertencias que la economía se encamina a una recesión por culpa del cepo. Deberían liberar el mercado del dólar y que encuentre su punto de equilibrio. Tengo miedo que ocurra lo que pasó siempre que se profundizó un cepo en situaciones similares a estas: se termina metiendo mucha presión a una olla que termina explotando y el dólar salta innecesariamente. 

Estos movimientos macroeconómicos, ¿Pueden repercutir en la gobernabilidad del Presidente?

Sí, claro, pero el Presidente no ayuda en nada a la gobernabilidad. Llegó de Alemania y se fue a visitar a Milagro Sala con el país en problemas. No hace mucho para su propia gobernabilidad. 

Hablemos del “festival de importaciones”…

El festival, como algo peyorativo, es la propia impericia del Gobierno. Cristina, sin saberlo, porque está demente, se critica a ella misma. La parte criticable del boom importador es el de la energía porque es mala praxis. El resto es acompañar el crecimiento.

El kirchnerismo tiene una retórica anti-empresarial y contra la “patria contratista” -al menos en lo discursivo- y usted argumenta que un sector de la clase empresarial es parte de los grandes problemas estructurales. ¿Hablan de lo mismo? 

Sí, es cierto. Ellos detestan al agro, pero aunque no lo tengan tan claro detestan a todo aquello en lo cual tiene ventajas comparativas naturales (como el agro, el petróleo, energía eólica, energía solar, turismo, economías regionales). Además, en lo discursivo critican a todos los sectores con ellos tienen negocios, pero lo hacen para no mostrar lo que está detrás del cortinado que son los grandes negocios. Es discursivo para esconder la realidad de este sistema. En cambio, mi crítica no es solo dialéctica. Para mí el empresario prebendario es un problema serio. 

Usted habla de corporación política y Milei de casta, ¿Qué diferencias hay entre esos conceptos?

Yo tengo una visión más sistémica del problema de la Argentina, no es solo un tema de la casta política. En ése sentido, no tiendo a ser mono-causal, con otras sí. La decadencia del país es un fenómeno multicausal: está  la corporación judicial, la sindical, la de los empresarios que hablábamos anteriormente. Tiendo a ser más amplio…

¿Podríamos definirlo como liberal clásico respecto al resto del movimiento liberal?

Yo abracé la economía como una ciencia, como la Escuela de Chicago, y esta visión no es algo menor; la economía es ciencia porque lo puedo probar. Mientras que el libertario -de la escuela austríaca- tiende a hablar del deber moral de la libertad. Yo tiendo a tener una visión científica de la libertad.

¿Eso los transforma a ellos en populistas? 

Hay un populismo de derecha, pero no solo en los libertarios, hay mucha gente que dice alegremente ‘hay que bajar impuestos’, ¿y cómo financian al Estado? El nuevo populismo es ése. Hablá del costo político de bajar impuestos, que es bajar el gasto público. 

¿Qué análisis hace del movimiento liberal en la actualidad? 

Mi diagnóstico es muy favorable. Este movimiento se restauró en el 2019, después de 30 años que había desaparecido, con mi candidatura presidencial. Después de Alsogaray nunca más tuvo la Argentina un candidato liberal auténtico. En la calle y en los medios se discuten nuestras ideas, es decir, las ideas están aceptadas, pero la duda pasa por si se pueden ejecutar, o no. Hoy vemos a Adam Smith Larreta, Milton Macri, Ludwig Von Bullrich. Esto lo logramos los liberales, Avanza la Libertad… 

¿Avanza la Libertad?

Sí, nosotros fuimos críticos en esto. Javier Milei también colaboró porque es un imán para los chicos. 

Hablemos del Milei actual, el de las últimas semanas, ¿Qué ideas comparte y en cuáles difieren? 

Si lo cortamos en las últimas semanas, no comparto nada: ni el comercio de órganos, la sugerencia del comercio de bebés, ni bancar a los manteros. 

¿Portación de armas? 

Tampoco. La seguridad la tiene que proveer el Estado porque para eso la gente paga impuestos. Ahora, los legítimos usuarios es otra cosa, pero libre portación de armas en Argentina -que estamos todos chiflados- nos vamos a cagar a tiros en un semáforo. 

Pero usted propone bala para los delincuentes…

Cárcel o bala…A veces, en casos muy extremos por la bronca que me da un violador, ahí sí bala, ése tipo es insalvable. Pero la idea es el estado de derecho: es cárcel o bala al delincuente; no es la puerta giratoria. Yo no propongo la pena de muerte, estoy lejos de eso. Reitero, es cárcel o bala con el delincuente. 

¿Cómo está la relación con Milei?

Entiendo que se tejen muchas fábulas alrededor de esto, pero es muy simple: en 2019, cuando decidí entrar en política, Javier Milei prefirió no hacerlo. En el 2020, cuando decidió iniciar su carrera, el único espacio al cual le pidió ingresar fue al mío. Le dimos la bienvenida y estuvo casi un año. Después de pasarla fantástico y de no haber tenido ningún inconveniente, Milei dijo ‘José Luis quiero hacer mi camino solo’. Como buen liberal le dije que lo hiciera, pero no hubo ningún distanciamiento. 

Hay varios conflictos entre los liberales que se están dirimiendo públicamente, ¿Corre riesgo de atomización el liberalismo?

No, eso es un problema que está dentro de la Libertad Avanza. Nosotros estamos bárbaros y trabajando con la UCD, el Partido Autonomista, el Partido Demócrata, Republicanos Unidos. Desde nuestro lado no hubo ninguna disgregación de ningún tipo y tampoco la va a haber porque tenemos muy claro en Avanza la Libertad de institucionalizar el movimiento liberal.

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